Reino Unido y más concretamente Londres siempre ha sido objeto de deseo de los españoles. Hoy, con la crisis, el deseo de vivir en la capital británica, de buscarse la vida en Londres se ha revitalizado. Y una vez allí, toca buscar techo. No es fácil, no es barato y cuidado… hay algunos dispuestos a aprovecharse de la buena fe de muchos.

Gran Bretaña es ya uno de los destinos principales de los españoles que deciden emigrar. Según el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2011, fueron más de 7.500 los españoles que se censaron en este país y en enero de 2012, la cifra aumentó a 13.300 españoles censados en el país británico.

La cosa ha ido a más en los últimos meses. Según el portal de alquiler de piso compartido Easypiso, el número de españoles buscando piso en Londres aumenta progresivamente. De diciembre 2012 a enero de 2013, el número de españoles buscando casa para compartir en Reino Unido ha aumentado en un 57%.

Las ciudades que más demandan los españoles para alquilar un piso compartido en Gran Bretaña son Londres, Edimburgo, Brighton y Bristol. Otras ciudades destacadas son Manchester y Bournemouth. En la capital británica las cifras de españoles buscando casa aumentaron en un 68% de diciembre de 2013 a enero de 2013, mientras que en Brighton aumentaron un 55%.

El precio de los alquileres es mucho más caro que en España. Alquilar una habitación en Reino Unido cuesta una media de 390 libras (460 euros), mientras que en España el precio medio se sitúa en 264 euros.

Vivir en Londres es caro y un mercado inmobilario con tanta demanda es territorio abonado para los fraudes y las estafas. Según cuenta El Ibérico –periódico en español de Londres– la crisis ha disparado el número de casos de estafa inmobiliaria. Existen agencias fantasma, contratos falsos y timos, y algunos de los afectados son españoles recién llegados a la ciudad.

Un exagente de una inmobiliaria fraudulenta asegura que estas agencias ilegales suelen desatender por completo el mantenimiento de las viviendas y "alquilan pisos en un estado inhumano, con unas coberturas que saben que jamás van a cumplirse". Además, cuenta, el dinero de los depósitos nunca se devuelve aduciendo gastos ficticios de gas, luz o agua, gastos que la agencia deja sin pagar y que pueden acabar en una orden de desahucio.

La tónica habitual en estas agencias es el uso de contratos "basura" –como los Licence of Occupy– que no tienen garantías legales. Los contratos esconden a veces ataduras o fuertes penalizaciones en su letra pequeña. Este antiguo trabajador de una de estas inmobiliarias asegura que estas organizaciones se mueven al límite de la legalidad.

Pero también mucho particular está dispuesto a engañar al primer extranjero que llama. Se dan casos de inquilinos que estafan a terceros realquilando sus habitaciones para hacerse con las fianzas de los nuevos inquilinos y después desaparecer.

Como narra El Ibérico, otro procedimiento usa como cebo un apartamento a un precio irrisorio. El supuesto casero pide una prueba de solvencia al inquilino mediante una transferencia a algún conocido a través de Western Union. Con el resguardo de la transacción se hacen con el dinero de ese aval y desaparecen.

La policía británica recomienda no hacer ninguna transacción vía Western Union o cualquier otra empresa de este tipo, bajo ningún concepto. En todo caso, tal vez lo mejor sea comunicarse con Shelter o el Citizens Advice Bureau, organizaciones que aconsejan y asesoran legalmente a los recién llegados.