Tranquilidad en el primer jueves tras la entrada en vigor de la ley antibotellón en Andalucía

  • Se celebraron botellones en Málaga, Córdoba, Sevilla y Granada, aunque menos numerosos de lo habitual.
  • Escasez de presencia policial.
  • Los jóvenes ven la nueva ley "fatal" y aseguran que seguirán bebiendo en la calle.
  • Los botellódromos, poco populares.
Sólo unas pocas personas desafían la nueva normativa en Sevilla (Foto: Aníbal)
Sólo unas pocas personas desafían la nueva normativa en Sevilla (Foto: Aníbal)
Aníbal
Sólo unas pocas personas desafían la nueva normativa en Sevilla (Foto: Aníbal)

Anoche fue la primera jornada de jueves de una nueva etapa en todas las calles de las ciudades andaluzas. Desde el lunes, estaba en vigor la ley antibotellón que prohíbe beber alcohol en la calle y multa con 300 euros a quienes la contravengan.

Sin embargo, algunos jóvenes sevillanos desafiaron la nueva normativa. En La Plaza del Museo, en pleno centro de la capital hispalense, Eva celebraba su cumpleaños bebiendo con sus amigos.

En los botellódromos se van a unir todos, desde 'canis' a pijos, y va a haber problemas
Afirmaba que todos los fines de semana sale de botellón, y que piensa seguir haciéndolo. A una de sus amigas,
Isabel, no le gusta la idea de los 'botellódromos', esos espacios al aire libre acotados para albergar botellones legales y controlados.

"Ahí se van a unir todos, desde 'canis' a pijos, y va a haber problemas", sentencia.

Ninguno de los reunidos sabía que la ley antibotellón estaba vigente desde el lunes, aunque sí que se aplicaría este fin de semana.

Tampoco Ana y Elena, de Málaga y Cádiz, sabían la fecha exacta de la entrada en vigor de la nueva normativa. "Los botellódromos tendrían que estar cerca de las zonas universitarias y de las discotecas", opinaban. También tenían intención de seguir haciendo botellón "y si la cosa se complica, iremos a pisos de las compañeras".

Se quejan del precio de las copas en los pubs y de que ellas no pueden pagarlas.

La Bancada de la Expo, el terreno destinado a convertirse en botellódromo en primavera, se encontraba completamente vacío a las 23.00, aunque, según confirmaron jóvenes de la ciudad, "allí la fiesta comienza más tarde, a medianoche".

Antonio, David y Alfonso de Valladolid, Córdoba y Jaén son los únicos chavales que bebían pasada esa hoara en la calle Betis sevillana.

Antonio dice que él comprende que grupos multitudinarios pueden molestar a los vecinos, pero que grupos pequeños como el de ellos que está bebiendo tranquilamente y no mete ruido, no deberían prohibirse.

David afirma que le parece bien que se creen botellódromos si están fuera de la ciudad, pero su amigo ve un problema que esos lugares "alejados" no tengan acceso con transporte público y la gente tenga que coger el coche después de beber.

La zona comprendida entre la Avenida de la Raza y la calle Cardenal Bueno Monreal era, a la 1 de la mañana, la más animada, con unos 300 jóvenes reunidos, la mayoría universitarios, que invadían calzadas y aceras. A la 1.30, la zona vivía su máximo apogeo.

Algunos coches emitían música a gran volumen.

Todos parecían estar contra la nueva ley. "Está fatal, cada uno debería beber donde quisiera", exclama Rocío.

La mayoría de los sevillanos ven en la mezcla de gente diferente el principal problema de los botellódromos que, hasta ahora, seleccionan su "ambiente" por áreas.

En la ciudad apenas se veía vigilancia policial.

En Granada, quizá por el frío, quizá porque la ley les había persuadido, no se veían 'botelloneros' a las 23.00 ni en la zona del Triunfo, ni en la plaza del Gran Capitán ni en la de Luis Rosales. Tampoco había más vigilancia policial de la habitual.

Sin embargo, a medida que se acercaba la medianoche, comenzaban a aparecer grupillos en la plaza de Isabel la Católica y media hora después, unas 200 personas se concentraban en el Campo del Príncipe, en el barrio del Realejo que, sin embargo, fueron desalojadas después.

Los agentes les desplazaron hacia la zona del Hipercor, donde estará el futuro botellódromo, que comenzaba a "entrar en ambiente" , a la 1.00, con unas 600 personas.

Sin embargo, el aspecto era de un jueves 'flojo' de botellón. La Policía había avisado de que esta jornada todavía no multaría a los que bebieran al aire libre, aunque sí podría expulsarles, a la vez que informarles sobre las nuevas normas.

Lugares sin multa

Los malagueños son, junto con los cordobeses, los únicos que cuentan con un botellódromo.

20 agentes garantizaron en Málaga que nadie bebiera fuera de la zona autorizada, donde hubo urinarios y papeleras.

El lugar escogido es una vía peatonal, el Paseo de los Curas, cuyo tráfico comenzó a desviarse a las 22.30. Sin embargo, hasta las 23.30 la policía no tenía intención de cortar completamente la circulación, algo que finalmente se retrasó una media hora, para acotar el recinto con vallas. A media noche reunía a unas 300 personas y seguía llegando gente.

Hasta el jueves, La Merced, junto a la plaza de San Francisco, la explanada del teatro Cervantes y los jardines de la catedral- era hasta ahora el principal foco de reunión de los jóvenes en la capital. A partir de este día, pasó a la historia sin necesidad de que los agentes pusieran ni una sola multa.

En Córdoba, unas 200 personas se reunían en el espacio destinado por el Ayuntamiento para hacer botellón, en el Paseo de la Victoria. Aquí el botellódromo funciona desde hace meses y es algo "establecido". Por eso, según los agentes consultados, "reinaba la tranquilidad".

Hay cuartos de baño y está bien habilitado.

Rocío y Rafa, de 22 y 24 año, cordobeses, opinan sobre la nueva ley que "es excesiva", pero admiten que no conocen muy bien su contenido.

Dentro de los botellódromos se llevan a cabo varios programas educativos y en el de Córdoba trabaja el equipo de "Movida sin", que intenta prevenir a los jóvenes contra el alcoholismo y que está compuesto, en varios casos, por grupos de ex alcohólicos.

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