Antonio Gamoneda, verso a verso

La producción literaria de Antonio Gamoneda y su aportación a las Letras Iberoamericanas le han hecho merecedor, del Premio Cervantes 2006. La mejor manera de acercarse al poeta es, sin duda, a través de sus versos.

'Viene el olvido'

La luz hierve debajo de mis párpados.

De un ruiseñor absorto en la ceniza, de sus negras entrañas musicales,

surge una tempestad. Desciende el llanto a las antiguas celdas,

advierto látigos vivientes

y la mirada inmóvil de las bestias, su aguja fría en mi corazón.

Todo es presagio. La luz es médula de sombra: van a morir los insectos

en las bujías del amanecer. Así

arden en mí los significados.

He tirado al abismo el hueso de la misericordia; no es necesario

cuando el dolor es parte de la serenidad, pero la lucidez trabaja

en mí como un alcohol enloquecido.

Sé que las uñas crecen en la muerte. No

baja nadie al corazón. Nos despojamos de nosotros mismos al expulsar

la falsedad, nos desollamos y

no viene nadie. No

hay sombras ni agonía. Bien:

no haya más que luz. Así es

la última ebriedad: partes iguales

de vértigo y olvido.

Palomas. Atraviesan la inexistencia.

Hay huellas de pastor frente al abismo. Cóncavas.

Todo se explica en la imposibilidad.

Hay úlceras en la pureza, vamos

de lo visible a lo invisible.

En este error descansa nuestro corazón.

He atravesado las creencias. Durante mucho tiempo

nevó sin esperanza.

Había madres que enloquecían al amanecer: oigo sus gritos amarillos.

Aún nieva. Creo en la desaparición.

Creo en la ira.

Arden las pérdidas, Antonio Gamoneda, 2003.

El poema Viene el Olvido, publicado en 2003 en Arden las Pérdidas, también incluído en el volumen Esta luz. Poesía reunida 1947-2004 (Galaxia Gutenberg, 21 euros).

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