Los operarios del Concello trabajan estos días en la eliminación de barreras arquitectónicas. En esta ocasión les ha tocado a los remates de las aceras de la Gran Vía.A la altura del edificio de la Once, las baldosas de los bordillos de las aceras se están cambiando por otras especialmente diseñadas para las personas invidentes. Son rosadas y con relieve.
Los remates de las aceras se adaptan a los invidentes
Las obras afectan al entorno de la sede de la Once.
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