La fiscal ha solicitado este martes el mantenimiento de la condena de un año de cárcel impuesta a Aritz Arzalluz por colocar una pancarta con fotografías de miembros de ETA durante un acto celebrado con ocasión de las fiestas de la localidad guipuzcoana de Azpeitia de 2011. Considera que se dieron los requisitos del delito de enaltecimiento, que persigue "anticipar la barrera de protección a las víctimas".

Durante la vista celebrada este martes ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, la representante del Ministerio Público ha calificado de "elocuente" el gesto de Arzalluz al colocar una pancarta con presos de ETA condenados por terrorismo, no por otro tipo de delitos comunes y ha añadido que "no tiene mucho sentido" que se coloquen este tipo de carteles en el "ambiente de regocijo" de las fiestas del pueblo.

Ante las alegaciones de la defensa del joven, que ha alegado ante la Sala que los carteles se colocaron en el contexto de una concentración de apoyo a presos, la fiscal ha señalado que uno de los internos reflejados en la pancarta ni siquiera había solicitado su acercamiento al País Vasco.

Personas sin dignidad

Finalmente, ha indicado que para que se de el tipo penal de enaltecimiento del terrorismo no es necesario que haya una incitación al delito, sino que basta con que se trate de conferir dignidad "a unas personas que no la tienen por el reproche penal que sus conductas merecen".

La defensa de Arzalluz, por su parte, ha reconocido los hechos imputados a su representado, si bien no considera que éstos deban ser tipificados como un delito de enaltecimiento porque no se exhibieron ni corearon consignas que no fueran la frase "al pueblo" que aparecía en la pancarta, ni tampoco se aludió a las personas que aparecían en las fotos como presos políticos.

La abogada ha aludido a la libertad ideológica y de expresión del joven que colocó la pancarta y ha insistido en que fue exhibida en una concentración de apoyo a presos cuya celebración fue autorizada por la Audiencia Nacional pese a que una asociación de víctimas había pedido su prohibición.

Según la sentencia dictada en junio del año pasado por la Audiencia Nacional, durante el acto, que contaba con vigilancia de la Ertzaintza, Arzalluz fue identificado por un agente como una de las personas que colocaba una pancarta de lado a lado de la calle con la leyenda 'Herrira' ('Al Pueblo') y la fotografía del miembro de ETA Gotzon Aramburu Sudupe, condenado por el asesinato del Guardia Civil Antonio Molina Martín.

En la vía pública se habían fijado otras ocho pancartas similares a esta con las imágenes de otros tantos etarras identificados como José Segurola Querejeta, Javier Aguirre Odriozola, Iker Iparraguirre, Josu Urbieta, Xabier Etxebarria, Juan Manuel Bereciartua, María Ángeles Artola, Juan Carlos Arruti y José Ignacio Atxarte. Arzalluz fue reconocido por un agente, que no pudo detenerle debido a la gran afluencia de gente y la distancia que le separaba del resto de sus compañeros.

Los magistrados de la Sala de lo Penal de la Audiencia especificaron en su sentencia que la prueba practicada no dejaba "duda alguna" sobre el hecho de que Arzalluz colocó la pancarta con la fotografía de un miembro de ETA condenado en firme por diferentes acciones.