El Ayuntamiento de Granada inaugurará en enero un botellódromo con capacidad para 20.000 jóvenes

  • No habrá multas para quienes hagan allí su botellón.
  • Sevilla inaugurará el suyo en cuatro meses, y después el resto de capitales andaluzas.
  • La ley antibotellón andaluza da postestad a los ayuntamientos para fijar recintos de ocio para los jóvenes.
  • Los empresarios hosteleros denuncian que los botellódromos supondrán una competencia desleal.

Los jóvenes que quieran hacer botellón en Andalucía podrán hacerlo en los botellódromos, o espacios habilitados por sus ayuntamientos para ingerir alcohol sin riesgo de multa. Granada y Sevilla inaugurarán los primeros, pero todas las capitales andaluzas prevén contar con al menos uno de aquí a unos meses, al amparo de la ley antebotellón autonómica .

Granada será la pionera en la construcción de botellódromos con un "recinto para el ocio" que prevé inaugurar en enero y que, con una superficie de 9.500 metros cuadrados, tendrá capacidad para 20.000 personas y contará con espacios diáfanos para el botellón.

También contará con lugares para conciertos, proyecciones, servicios públicos y un mobiliario urbano limitado a bancos y carpas que permitan a los jóvenes burlar las inclemencias meteorológicas.

Hasta que este botellódromo en la zona de la Huerta del Rastrillo sea una realidad, la Policía Local no multará a quienes hagan botellón o botellona en otros sitios, según confirma el gobierno municipal.

En Sevilla, en un plazo de cuatro meses, será la bancada de la Expo, en la Isla de la Cartuja, el "botellódromo" oficial, aunque los jóvenes ya pueden acudir a este lugar, aún no acondicionado, para realizar botellón.

La particularidad andaluza

La Ley sobre potestades administrativas en materia de actividades de ocio en los espacios abiertos de los municipios de Andalucía, o Ley antibotellón, está ya en vigor para que los jóvenes puedan divertirse sin molestar a los vecinos.

La norma, aprobada por el Parlamento andaluz el 11 de octubre con el único apoyo del PSOE-A, da cobertura jurídica a los ayuntamientos para regular las concentraciones al aire libre.

Así permite a las policías locales intervenir las bebidas del "botellón", clausurar establecimientos infractores y precintar vehículos de venta ambulante.

Pero la ley andaluza innova con respecto a a otras normas autonómicas aprobadas hasta el momento, ya que los municipios pueden designar espacios para convertirlos en botellódromos, o recintos alejados de viviendas donde los jóvenes podrán divertirse sin molestar.

Empresarios hosteleros vs botellódromos

La creación de los botellódromos ha creado cierta controversia en el sector empresarial andaluz, desde el que reclaman que cualquier espacio público que se habilite para el botellón cumpla los mismos requisitos exigidos a espacios hosteleros.

Si esto no es así, para el presidente de la Confederación de Empresarios (CEA), Santiago Herrero, se incurriría en situación de "competencia desleal".

Según Herrero, "cualquiera que sea la solución" para el fenómeno del botellón "ésta no puede ser perjudicial a la actividad económica reglada".

Multas para los infractores

Los alcaldes ya tienen potestad para imponer multas que oscilan desde los 600 euros para quienes, por ejemplo, beban alcohol en la calle fuera de los espacios designados, hasta los 60.000 euros para los comerciantes que vendan bebidas alcohólicas a partir de las 22 horas.

Los alcaldes podrán decretar la suspensión de las licencias de apertura, la clausura de establecimientos por periodos de entre uno y cinco años, y la inhabilitación de empresarios.

Orinar en la calle o ensuciar la vía pública con los restos de un botellón también se sancionarán, aunque la ley permite sustituir la multa económica por trabajos para la comunidad.

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