La ocupación media en la provincia malagueña durante la Semana Santa ha sido del 67 por ciento, mientras que en Málaga capital se ha elevado hasta el 86 por ciento, lo que ha dejado a la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), "moderadamente satisfecha", según ha indicado su presidente, José Carlos Escribano.

Así, ha puntualizado que el primer tramo, es decir, de Domingo de Ramos a Miércoles Santo, ha sido en el conjunto de la provincia y en la capital ligeramente mejor que en años anteriores, no así el segundo tramo —de Jueves Santo a Domingo de Resurrección—, que ha caído, fundamentalmente por las malas previsiones meteorológicas.

Escribano ha recordado, en declaraciones a Europa Press, que las previsiones eran del 62 por ciento que superarían el 67 por ciento por las reservas de última hora; sin embargo, éstas no han funcionado tal y como se esperaba aunque sí se han igualado los datos de la Semana Santa de 2012.

A su juicio, las previsiones meteorologías han sido "demasiado alarmantes", perjudicando a los lugares donde más público se concentra en esta Semana de Pasión, caso de la capital, donde la disminución ha sido de un uno por ciento respecto al año anterior.

"Ha habido una alarma excesiva con el mal tiempo y tenemos que hacer una reflexión porque la gran mayoría de las cofradías han procesionado", ha apostillado, recordando también que en el caso de la ciudad malagueña ha perjudicado el anuncio de huelgas, finalmente no celebradas, de limpieza y de taxistas en el aeropuerto, "que dañan a la imagen" del destino.

El escenario de crisis económica se mantiene, tal y como ha reflejado la Semana Santa, afectando especialmente al mercado nacional, que viaja menos. No así al internacional, que ha tenido un mejor comportamiento y que es el que ha permitido tener una mejor ocupación hotelera en estas fechas.

En este sentido, teniendo en cuenta que se considera a la Semana Santa como el primero del año para medir cómo será el año turístico, y más concretamente el verano, Escribano ha señalado que "les preocupa" el comportamiento del turismo doméstico. "Si la Semana Santa es el termómetro, el mercado nacional da fiebre", ha concluido.