La imagen del Santísimo Cristo de las Batallas, que, como la leyenda asegura, era compañía de los Reyes Católicos en sus batallas, salió en procesión esta madrugada en Ávila acompañada por unos 300 penitentes, y protegida ante la posibilidad de lluvia por un plástico, que fue retirado antes de regresar al convento de Mosén Rubí.

La Hermandad del Cristo de las Batallas salió a las 23.00 horas del Miércoles Santo de la Parroquia de San Pedro con una imagen moderna y, al rato de terminar, a las dos de la madrugada, volvió a hacerlo por calles del casco histórico y en parte en torno a la muralla.

Con hachones encendidos, el silencio se rompe por el redoble de tambores y el ruido de las grandes cruces que arrastran algunos penitentes, todos ellos vestidos de negro con un cíngulo de esparto, y algunos descalzos sobre el húmedo suelo.

Las monjas de Santo Domingo salen siempre tras la imagen del Cristo, que ellas conservaron desde el siglo XIX en un convento que, cuando fue desmantelado, trajo la figura a la capital abulense.

Se trata de un pequeño busto de barro, anónimo, con la cruz a cuestas, rodeado de cuatro columnas, que es portado por un grupo de anderos, que cambian al sonido de una campanilla.