El Banco de España insta a que se aproveche la Reforma Laboral para moderar más los salarios de los españoles, ya que esta práctica puede contribuir a frenar la destrucción de empleo.

En su último boletín económico, la entidad afirma que "un mejor aprovechamiento de las posibilidades que ofrece la nueva legislación laboral para adaptar los salarios al tono de extrema debilidad del mercado de trabajo podría tener un importante efecto moderador adicional de la senda de destrucción de empleo que se ha descrito".

La institución que dirige Luis María Linde prevé que la remuneración por asalariado crezca en el sector privado el 0,7% en 2013 por el aumento de las bases máximas de cotización, ya que descontando este efecto, se produciría una caída del 0,1%, en tanto que para 2014 espera un descenso del 0,4%.

El informe del supervisor pronostica que los costes laborales unitarios en la economía de mercado continuarán descendiendo en 2013 y 2014 a tasas de entorno al 1,5%, algo menores a las observadas en el bienio precedente.

En su opinión, la moderación de los costes salariales privados constituye un ingrediente crucial para la salida de la crisis, porque es necesaria para el avance del ajuste exterior de la economía.

En el caso de las administraciones públicas, los salarios repuntarán un 4,3% este año por la reposición de la paga extra de diciembre, mientras que en 2014 subirán el 1,1%.

La entidad opina además, que la "adopción de medidas adicionales en este terreno o actuaciones más decididas" en el ámbito de las reformas estructurales permitirían crear unas condiciones "más favorables" para el crecimiento económico, lo que facilitaría una reducción "más rápida" del desempleo.

En el mismo día en que se conoce el informe del Banco de España, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, aseguró en la Comisión de Empleo del Congreso de los Diputados que las reformas estructurales emprendidas por el Gobierno "han eliminado la sombra del rescate que tantos meses nos persiguió" y nos sitúan en "el punto de salida de la senda de la recuperación económica".

En el apartado del empleo, subrayó que, además, se ha logrado frenar el ritmo de destrucción de empleo. La ministra incidió en que "la evolución del empleo en 2012 apunta a que la reforma laboral ha conseguido amortiguar el efecto de la contracción económica".

Después añadió que no se puede ignorar que del incremento de más de cuatro millones de parados desde el inicio de la crisis, el 83% (3,4 millones de parados) "tuvo lugar entre 2007 y 2011".

Además, Báñez resta importancia a las últimas proyecciones macroeconómicas del Banco de España, que prevé que la tasa de paro escale hasta el 27,1% en 2013, y aseguró que el empleo se comportará en este mes de marzo "mucho mejor" que en 2012.

En cualquier caso, Báñez recalcó que las proyecciones del Banco de España "son previsiones" emitidas por un servicio de estudios, al que "respeta", y que las del Gobierno son, en cambio, las referencias "oficiales". En este sentido, manifestó que a la vista de los resultados económicos definitivos de 2012, "el Gobierno no hace previsiones tan alejadas de la realidad".

Y a vueltas con la reforma laboral, la ministra de Empleo afirmó que está permitiendo que los empresarios opten cada vez más por las medidas de flexibilidad, antes que por los despidos. Así informó de que en enero de 2013 el porcentaje de trabajadores afectados por medidas colectivas extintivas fue 15,4% frente al 19,3% de enero del año 2012.

El Banco de España prevé que la economía caiga este año el 1,5% y que el paro llegue al 27,1%, en un contexto de marcada debilidad en el que empresas y familias seguirán reduciendo deuda, los ingresos de los hogares continuarán a la baja y las administraciones mantendrán la austeridad en el gasto.

A ello se suma la crisis del sector inmobiliario, que después de más de cinco años de ajuste acelerará su caída en 2013, así como los riesgos a la baja que puedan provocar las dudas sobre la situación en la zona del euro, a pesar de que los mercados financieros se han normalizado.

Las estimaciones del Banco de España están en línea con las de la Comisión Europea, el FMI y la OCDE, que prevén que el PIB español retroceda entre el 1,4% y el 1,5% este año, frente a la proyección del Gobierno de que caiga sólo el 0,5%, aunque ya ha avanzado que en abril modificará al alza dicha previsión.