Berta Vicente, nacida hace 18 años en Barcelona, recibió en Australia la noticia de que optará al premio de este año del  Sony World Photography Award, el certamen más importante por número de participantes de cuantos se convocan en el mundo. La joven catalana, que ha logrado hacer realidad el sueño de irse a recorrer Australia ("hace dos años que tenia planeado hacer un viaje así y ahora sólo me queda disfrutarlo") está llena de "mucha ilusión" por la nominación. "Me llena de ganas de seguir fotografiando y de evolucionar", dice.

Su nombre saltó hace unos días como una de las tres fotógrafas de menos de 19 años que se verán las caras por ganar el prestigioso premio en la catégoria de mejor fotógrafo joven (las otras finalistas son Alecsandra Dragoi, de Rumanía, y Xu Wei Shou, de Taiwan), pero Vicente ya tenía una reputación de artista con buen ojo y gran futuro en 2011, cuando sus retratos fueron seleccionados por el festival Emergent de Lleida —un certamen que ha anunciado su desaparición hace pocos días—.

"A los 16 años tuve la suerte de encontrar que las fotos eran lo que de verdad me hacía feliz y ahora sigo queriendo que sea la fotografía lo que marque el ritmo de vida", asegura. No se separa de sus cámaras ("me siento más segura si sé que llevo una cámara conmigo"), no tiene Instagram, está armada de un intenso ánimo ("no debes dejar que nada te eche para atrás" y precisa que "nunca" la han ninguneado por ser mujer y joven. "Al contrario. Creo que si tuviera veinte años más mis fotografía no causarían las misma impresión".

La fotógrafa responde a las preguntas de 20minutos.es en una entrevista por correo electrónico que contestó con tremenda rapidez peses a que necesitaba encontrar un lugar con acceso gratuito a Internet en la inmensidad australiana.

¿Recuerda la primera foto que hizo? ¿Cuál era el tema? ¿Y la cámara?

Cuando cumplí ocho años me regalaron una Polaroid y supongo que las primeras fotos que hice fueron con aquella cámara y a mis amigas, en la misma fiesta de cumpleaños. De todos modos, cuando vi que la fotografía me gustaba y que quería seguir con ello fue más o menos cuando tenía 14 años... No recuerdo ninguna fotografía en concreto, pero sí que tomé foto también a mis amigas y las hice con mi teléfono móvil.

¿Y la primera foto sobre la que pensó: "yo quiero seguir con una cámara en las manos el resto de mi vida"?

Cuando lo vi claro fue hace dos años, cuando empecé a tomármelo más en serio, a hacer algo relacionado cada día, a pensar ideas y a llevar siempre la cámara conmigo. No hubo una fotografía que marcara un antes y un después, fueron varias las que hicieron que me diera cuenta.

¿Aprendió por su cuenta o estudió?

Poco a poco he ido aprendiendo aquello que necesitaba saber, a base de equivocarme... Por otro lado, tengo la suerte de estar rodeada de gente a la que poder preguntar con total tranquilidad.

¿Qué le gusta especialmente de la fotografía?

Que sea capaz de despertar tantas cosas, que pueda acercarte a la realidad y también alejarte de ella. Me fascina que sea tan amplia, que abarque tanto, que congele momentos a los que nunca podremos volver. Fotografió porque me hace sentir plena.

¿Qué ha aprendido como persona durante el proceso?

He aprendido a mirar y a pensar de otra forma. He aprendido que si algo te gusta de verdad no hay que dejar de hacerlo, no tienes que dejar que nada te tire para atrás.

¿Qué es más importante, la cámara o el fotógrafo? ¿Por qué?

Sin duda alguna el fotógrafo. La cámara nunca te dirá qué fotos hacer y qué fotos no, eso lo decides tú. Una cámara podrá darte más calidad o menos pero nunca decidirá lo que entra y lo que se queda fuera del marco, eso siempre lo decide el fotógrafo. El ojo humano ve, observa, tiene unas funciones más practicas. En cambio, el ojo fotográfico no sólo ve sino que también se fija, diseña, encuadra y a partir de lo que tiene delante es capaz de visualizar una fotografía.

¿Qué momento del proceso fotográfico le resulta más gratificante?

Todos los momentos tienen su qué,  pero me quedaría con el antes y el durante. Me gusta pensar la fotografía, dibujarla en la mente, tener toda la libertad para inventarla... También me gusta la complicidad que se crea entre la persona fotografiada y el fotógrafo, buscar con la cámara en las manos aquello que tienes en mente y finalmente encontrarlo.

En la batalla entre lo analógico y lo digital, si es que la hay,  ¿en qué trinchera está?.

No me situaría más en una que en otra. Hago fotografía digital y analógica. Aunque esta ultima no la tenga tan a mano me fascina todo el proceso que conlleva y el resultado final. Respecto al digital, es cierto que poder ver la fotografía inmediatamente y hacer tantas como quieras agiliza el trabajo porque puedes rectificar en el momento.

Hay en sus fotos una latente melancolía, sobre todo en la serie Urquinaona 2...

Si, pero no sabría decir por qué. Quizá la luz y los tonos que me gustan son bastante suaves, poco agresivos incluso tristes a veces. La serie de Urquinaona 2 en cuestión tenia una historia detrás: era un edificio construido en 1.800 aproximadamente que iba a ser derrumbado para construir un hotel de cinco estrellas. Solía coincidie en el autobús con la chica que sale en las fotografías. Nunca habíamos hablado antes pero al descubrir el edificio, vi que tenía que hacerlo y fotografiarla allí. Por suerte aceptó y fuimos tantas veces como pudimos.

¿Se puede ganar dinero haciendo fotos en España?

Sí, creo que sí. Conozco a personas que que sí lo hacen. Si es fácil o no…, estoy convencida de que no lo es.

¿En que proyecto fotográfico está embarcada ahora?

No estoy metida en un proyecto concreto. Ahora mismo estoy en Australia haciendo fotos de todo un poco. Cuando vuelva tengo ganas de fotografiar mas de cerca las vidas de la gente próxima a mí. No siempre está lejos lo que puede aportarte algo nuevo.