En el centro de la plaza de Pontevedra estudian 960 alumnos. Cien de ellos, de tercero y cuarto de Secundaria, tienen que poner cubos y trapos para evitar que sus clases, en el edificio anexo, se encharquen.

En el pasillo de la planta baja hubo que emplear dos horas para, con fregonas, secar el suelo. En sus paredes la humedad también se hace notar con desconchados tan sólo tres meses después de la última mano de pintura.

El doble de tiempo, medio año, es lo que lleva paralizada la anunciada reforma, en la que la Consellería de Educación ha prometido una inversión de tres millones de euros en tres años. Pero ya han pasado casi 12 meses y en el centro escolar, el más emblemático de A Coruña, «no sabemos nada», comenta Girón.

Desde la federación de APA, su presidente, Virgilio Gantes, califica la situación de «barbaridad». «Un motivo más para que las obras comiencen ya, por lo menos el saneamiento, porque la gente va ahí a trabajar y a estudiar, lo necesitan en buenas condiciones», señala.

Descatalogar el edificio

Para el portavoz de los padres de alumnos de colegios públicos se hace necesario que «Patrimonio se tome en serio» la necesidad de la reforma, en referencia a los seis meses transcurridos desde que se solicitó en mayo la descatalogación del edificio.

Ese es el problema; la necesidad de que Patrimonio descatalogue el inmueble, edificio histórico del siglo XIX, para que la Xunta pueda actuar. En primer lugar, convocar el concurso de ideas; después, emprender las tan ansiadas obras.

Una actuación que, desde Educación, su delegado provincial, Pedro Armas, pretende que sea «singular» al tratarse «del mejor ejemplo de arquitectura civil» de la ciudad. Pero la Consellería tiene las manos atadas y no puede ni demoler el anexo ni rehabilitar el interior del edificio noble, tal y como es su intención.

Traslado de escolares por las obras

Las futuras obras de rehabilitación del histórico instituto obligarán a trasladar a algunos alumnos a otros centros escolares. El delegado provincial de Educación, Pedro Armas, señala que «habrá que aprovechar tanto el verano como el curso» para la reforma. Por ello habrá que reubicar estudiantes tanto en otras aulas del Eusebio da Guarda como en otros institutos. La medida no está muy bien vista desde la dirección del centro de la plaza de Pontevedra, desde donde auguran que tal decisión «puede ser conflictiva».