La enfermera que dio un medicamento de la madre a un bebé en Ferrol dice que era "la primera vez" que lo escuchaba

La Fiscalía considera que la acusada ha mostrado "carencia de aptitud" y de sus "deberes de diligencia" para ejercer su profesión

El Juzgado de lo Penal 2 de Ferrol ha dejado visto para sentencia el juicio celebrado este jueves contra la enfermera S.B.P., para la que el Ministerio Fiscal pide dos años y medio de prisión por un homicidio por imprudencia grave, al haber inyectado por error un medicamento anticoagulante a un recién nacido, en la sala de partos, que tendría que haber sido suministrado a la madre y que provocó el fallecimiento del bebé a las 23 horas. La procesada ha declarado que "era la primera vez" que escuchó el nombre del fármaco.

Los hechos juzgados se produjeron el 20 de noviembre de 2010 en el Hospital Arquitecto Marcide de Ferrol. La enfermera había sido contratada de forma eventual durante 48 horas, para los días 19 y 20 de noviembre, y era la primera vez que asistía en un parto.

El día anterior había estado asignada al área de Oncología. Según quedó de manifiesto en el juicio, estaba colegiada desde 2007 y había trabajado hasta aquel momento 437 días, con distintos contratos eventuales.

La vista judicial se inició a las 10.30 horas este jueves en Ferrol. Además de la acusada, prestaron declaración, en calidad de testigos, las personas que estuvieron presentes en la sala de partos: dos ginecólogos, una matrona, una pediatra, una auxiliar de enfermería, la madre del bebé y la hermana de la mujer.

Tras la toma de declaraciones, la representante del Ministerio Fiscal se ratificó en su petición de condena de dos años y medio de prisión y una multa económica de algo más de 130.000 euros, además de la inhabilitación durante cinco años, por un delito de homicidio por imprudencia grave. La acusación particular, de la familia de la madre del bebé, eleva la petición de cárcel a tres años y la indemnización a más de 400.000 euros.

En sus conclusiones, la representante de la Fiscalía ha señalado que la acusada ha mostrado "carencia de aptitud" y de sus "deberes de diligencia" para el ejercicio de su profesión, con el resultado del fallecimiento de la recién nacida.

Parto natural

La mujer embarazada había ingresado el 19 en el hospital y la inducción al parto se inició en torno a las 14.00 horas del día siguiente. El parto, a las ocho de la tarde, fue natural pero monitorizado y se utilizó una ventosa para ayudar a salir al bebé. Este hecho motivó que en el paritorio estuviese presente una pediatra y una ginecóloga.

Tras el parto, se certificó que el bebé estaba sano, pero la madre sufrió una hemorragia, que no se pudo frenar con la oxitocina que se le suministraba a través del suero. Por ese motivo, la ginecóloga pidió que se le inyectase el medicamento "Metherghin" -con metilergonometrina, un anticoagulante-. Por error, la enfermera se lo suministró al bebé. Aunque fue trasladado a la UCI tras detectarse el problema, falleció a las 23 horas.

No distinguió

La enfermera ha declarado que escuchó que se pedía el medicamento, pero que no distinguió de quién procedía la petición, porque estaba a la entrada del paritorio.

En la puerta de entrada, según dijo, se cruzó con la matrona y se ofreció a ir a buscarlo. Según su declaración, al regresar le preguntó a la matrona "si era para el peque", y la respuesta que obtuvo fue "pínchala en el muslo".

La acusada aseguró que era "la primera vez que escuchaba este medicamento". Cuando se acercó a la recién nacida, la auxiliar de enfermería le indicó que el bebé ya había recibido los dos medicamentos habituales, uno de Vitamina K y una pomada para evitar la conjuntivitis. Sin embargo, la enfermera le respondió que lo que le iba a inyectar era "otra cosa".

Poco después, la ginecóloga encargada del parto preguntó si se le había suministrado el 'Metherghin' a la madre, porque la hemorragia no había cesado, y la enfermera transmitió que se lo había inyectado al bebé. Ante esto, y ante las posibles consecuencias de este error la recién nacida fue trasladado de forma urgente a la Unidad de Cuidados Intensivos.

En el juicio los distintos testigos manifestaron que las inyecciones a los bebés se realizan siempre en el muslo y que solo se hace distinciones en el caso de las madres, a las que se les puede suministrar en el brazo, en la nalga o en el muslo.

NEVERAS

Los distintos medicamentos, tanto los dirigidos a la madre como al bebé, estaban en una misma nevera en el nido. Tras lo sucedido, se han instalado neveras separadas en cada uno de los paritorios, según se declaró en el juicio. Además, los testigos admitieron que desde este hecho en los partos siempre están presentes dos matronas y no enfermeras sin especialidad.

En el momento en el que la enfermera le inyectó el medicamento por error al bebé la pediatra declaró que estaba de espaldas, cubriendo el historial médico, y la ginecóloga atendiendo a la madre y realizando la pertinente cirugía. El otro ginecólogo, declaró haberse acercado a la sala de partos solamente por si era necesaria su ayuda, ya que estaba de guardia.

Al día siguiente del suceso, en una rueda de prensa en el Hospital Arquitecto Marcide, los responsables del centro hospitalario asumieron el error de forma "colectiva" y lo calificaron de "accidente", aunque habían puntualizado que se cumplieron los protocolos establecidos con el personal pertinente en el momento del parto.

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