ITC consigue una nueva patente para el uso alimentario de las microalgas

El Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), a través del Departamento de Biotecnología, ha obtenido una nueva patente para el uso alimentario de las microalgas, siendo una de las primeras patentes sobre la elaboración de nuevos formatos alimentarios a partir de la biomasa obtenida de cultivos intensivos de microalgas.
Héctor Mendoza
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Héctor Mendoza

El Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), a través del Departamento de Biotecnología, ha obtenido una nueva patente para el uso alimentario de las microalgas, siendo una de las primeras patentes sobre la elaboración de nuevos formatos alimentarios a partir de la biomasa obtenida de cultivos intensivos de microalgas.

Según una nota del ITC, esta patente se desarrolla en el marco del proyecto FAM, cofinanciado por el Programa Nacional de Investigación Aplicada, y supone una nueva apuesta por devolver a las microalgas uno de sus usos, no sólo más tradicional sino con más potencial de desarrollo, que es su utilización en el gran mercado de la alimentación humana.

El responsable del Departamento de Biotecnología del ITC, Héctor Mendoza, ha explicado que las microalgas son ya una materia prima ampliamente utilizada en la industria de la parafarmacia y creciente en la de los alimentos funcionales.

Afirma, además, que la industria de los nuevos alimentos tiene en las algas una "prometedora" fuente de nuevos productos aún por explorar, en los cuales, añade, el diseño de nuevos formatos alimentarios es "un elemento clave en su desarrollo".

Héctor Mendoza ha destacado que la obtención de la nueva patente da cuenta del valor de centros como el ITC en una región como Canarias, que cuenta con un "pobre" tejido tecnológico, y añade que el Instituto, con apenas un 2 por ciento de los investigadores del archipiélago, es responsable y titular del 15 por ciento de las patentes registradas en el conjunto de centros públicos de I+D+i de las islas.

Producción y explotación

Las microalgas se han utilizado a lo largo de la historia en la alimentación humana, formando parte de la dieta de la población azteca en la ciudad de Tenochtitlán, tal y como dejaron constancia los historiadores del siglo XVI, aunque su explotación comercial a gran escala es aún muy incipiente.

Héctor Mendoza achaca este hecho a que la producción y explotación de las microalgas es todavía una actividad en expansión. "Aún no hemos dejado de ser unos meros recolectores, siendo la producción o cultivo de microalgas una actividad de reciente desarrollo, con un carácter que la asimila más a las grandes explotaciones industriales en el ámbito de la biotecnología que a la agricultura tradicional", explica.

No obstante, el investigador aclara que en los últimos cinco años se ha producido una fuerte expansión mundial de la explotación de la microalgas, esencialmente para la producción de biocombustibles o para su uso medioambiental, y en la fijación de gases de efecto invernadero o la depuración de aguas residuales.

En este sentido, resaltó que Canarias ha sido una región de referencia en el desarrollo de esta tecnología, siendo los grupos de investigación en las islas los que han liderado nuevas propuestas de vanguardia para la explotación de las microalgas.

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