El protocolo vaticano: de la 'fumata blanca' al 'urbi et orbi'

  • Una vez elegido el nuevo papa, se le pregunta si acepta y qué nombre desea.
  • El ya pontífice se viste en el llamado 'cuarto de las lágrimas', conocido así porque los elegidos suelen expresar allí toda su emoción.
  • El protodiácono es el encargado de pronciar el ¡Habemus papam!
El papa Benedicto XVI, en el Vaticano.
El papa Benedicto XVI, en el Vaticano.
EFE
El papa Benedicto XVI, en el Vaticano.

El humo blanco que saldrá de la chimenea de la Capilla Sixtina supone la confirmación de que la Iglesia Católica ya tiene nuevo papa —será el 266— después de la renuncia de Benedicto XVI.

A partir de ese momento, la maquinaria del Vaticano empieza a funcionar siguiendo los pasos marcados por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis que publicó Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996 y que sustituyó a la de Pablo VI (Romano Pontifici Eligendo), que databa de 1975.

Una vez el cónclave ha elegido al nuevo pontífice, que debe haber obtenido al menos 77 votos, se le pregunta si acepta ("¿Acepta su elección canónica como Soberano Pontífice?") y qué nombre desea tomar ("¿Con qué nombre quiere ser llamado?"). Ese es el momento en el que se da por concluido oficialmente el cónclave.

Posteriormente, el maestro de ceremonias litúrgicas ejerce de notario y levanta acta de lo sucedido y de la aceptación del elegido de su nueva labor como pastor de la iglesia.

Es entonces cuando se queman las papeletas con los productos necesarios para que se produzca la 'fumata blanca' y anunciar de este modo al mundo la noticia. A continuación, el nuevo papa se dirige al llamado 'cuarto de las lágrimas', conocido así porque los elegidos suelen expresar allí toda su emoción.

En esa habitación, el nuevo Sumo Pontífice se coloca la vestimenta papal de su talla y los zapatos. El ritual continúa en el trono de la Capilla Sixtina, donde los cardenales electores se van acercando por orden para expresar su respeto y obediencia al recién elegido papa.

Luego llega la hora de rezar el Te Deum, un himno tradicional cristiano que suele ser habitual en momentos de celebración. Posteriormente aparece la novedad de esta elección. El nuevo papa, en vez de salir al balcón, irá a rezar a la Capilla Paulina ante el Santísimo Sacramento.

'Habemus papam'

Llega la hora de la frase más esperada: "Annuntio vobis gaudium magnum: ¡Habemus Papam! (Os anuncio un gran gozo: ¡Tenemos Papa!)", dice el protodiácono, el cardenal diácono de más alto rango, desde el balcón de la Basílica de San Pedro. En la actualidad el protodiácono es el francés Jean-Louis Tauran, de 67 años.

Y luego continúa: "Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum, Dominum (nombre del cardenal) Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem (apellido del cardenal), qui sibi nomen imposuit (nombre como papa)".

La ceremomina concluye con la tradicional bendición 'urbi et orbi', con la que se inicia el papado, por parte del nuevo pontífice desde el balcón de la Basílica Vaticana. Normalmente se imparte durante el año el Domingo de Pascua y el día de Navidad. Era la fórmula habitual con la que empezaban las proclamas del Imperio Romano.

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