El Arzobispado de Madrid expulsa de una parroquia a un grupo que presta ayuda social

  • El párroco de Santa María (en el distrito de Hortaleza) impide al grupo Jóvenes del Parque usar la sala que utilizaban en la iglesia desde el año 1992.
  • Ayudan a discapacitados, inmigrantes y gente necesitada del barrio: "Creemos en una Iglesia entregada a la sociedad. Pero ellos quieren la parroquia para los kikos".
  • Según el Arzobispado, "no pueden utilizar un local parroquial sin el consentimiento del párroco; se dialogó con ellos pero no aceptaron someterse a él".
Miembros de Jóvenes del Parque, mostrando la orden de desalojo junto a la parroquia Santa María del Parque (en Hortaleza, Madrid).
Miembros de Jóvenes del Parque, mostrando la orden de desalojo junto a la parroquia Santa María del Parque (en Hortaleza, Madrid).
ELENA BUENAVISTA
Miembros de Jóvenes del Parque, mostrando la orden de desalojo junto a la parroquia Santa María del Parque (en Hortaleza, Madrid).

"Ayudamos a las personas más necesitadas del barrio desde 1992". Bajo este lema se presentan los miembros de Jóvenes del Parque, un grupo cristiano que lleva dos décadas asesorando a personas discapacitadas para encontrar trabajo, ofreciendo cursos de alfabetización a inmigrantes y organizando campamentos de verano para chavales del barrio. Para realizar su trabajo social, siempre han contado con una sala cedida por la parroquia de Santa María del Parque, en Hortaleza.

Pero ahora el párroco ya no los quiere en sus dependencias y el Arzobispado de Madrid les ha dado un ultimátum: "Podrán disponer de los locales parroquiales exclusivamente hasta el día 1 de abril de 2013", según el burofax remitido por la asesoría jurídica del Arzobispado. "Les comunicamos que la parroquia requiere para destinarlas a sus fines propios las dependencias que hasta ahora vienen utilizando", añade el comunicado legal.

El grupo Jóvenes del Parque sospecha que detrás de este movimiento del párroco se esconde "el interés de los kikos [como se conoce a los miembros del Camino Neocatecumenal] por controlar todas las parroquias de Madrid", apunta Javier Molina, uno de los monitores más veteranos del grupo.

De hecho, los problemas de Jóvenes del Parque comenzaron en 2009, cuando el actual párroco llegó a su iglesia. "Desde que lo nombraron se han erosionado todas las labores juveniles, sociales y pastorales que se hacían en la parroquia", explica José Luis Palomares, portavoz de la asociación.

Dos corrientes católicas

En su opinión, su expulsión de Santa María deja en evidencia las dos corrientes divergentes en el mundo católico. "Nosotros creemos en una Iglesia entregada a los más necesitados. Jesús se sentó con las prostitutas y los desvalidos; y nosotros siguiendo su ejemplo hemos trabajado con gente con discapacidad, personas enganchadas a la droga, marginados...  Pero este párroco, que es miembro de los kikos, quiere las salas de la iglesia para sus propias actividades neocatecumenales. Quieren hacer una parroquia kika: de una iglesia abierta al barrio, pasamos a una iglesia privada", argumenta Palomares. Este periódico intentó hablar con el párroco, primero por teléfono y después en persona, pero rechazó expresamente dar su valoración.

Desde el Arzobispado de Madrid explican que este grupo "no es una asociación pública de fieles, sino una asociación civil, y por lo tanto no pueden utilizar un local parroquial sin el consentimiento del párroco. No discutimos la bondad de sus actividades, pero se dialogó con ellos y no aceptaron someterse al párroco. Para seguir con su labor tienen locales municipales", manifestó una portavoz de la institución eclesiástica. En cualquier caso, Jóvenes del Parque confían en que el párroco dé marcha atrás: "Es lo que Jesús querría".

"Hemos estado siempre a pie de calle y atendiendo a las necesidades que la gente del barrio tenía. La religión cristiana es eso: ayudar y vivir la realidad", explica Mª Ángeles, una de las integrantes de Jóvenes del Parque. "A veces la jerarquía se olvida de la sociedad. Todo es poder y control", añade María, otra de las jóvenes. Su historia recuerda a la vivida en la parroquia de San Carlos Borromeo de Entrevías, en 2007 (la ‘iglesia roja de Vallecas’). En aquel entonces, el Arzobispado ordenó cerrar el templo porque su párroco (seguidor de la Teología de la Liberación) no se ajustaba a la doctrina de la Iglesia. Para Jóvenes del Parque, la San Carlos Borromeo es "un referente".

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