La crisis, la económica, la general, no acaba, y en esa medida tampoco lo hace la crisis inmobiliaria. Eso dicen los datos, que indican también que se construye poco porque no se venden pisos. Aunque –sorprendentemente– algunos quieren revertir esta tendencia; algunos quieren volver a confiar en el ladrillo.

En enero, el director general de Banco Sabadell, Miguel Montes, aseguraba que "España necesita más obras porque hay 'stocks' inmobiliarios que se han acabado"; que "hay demostraciones evidentes de que hay sitios donde hay producto inmobiliario por desarrollar porque hay demanda insatisfecha", añadió.

Algunos piensan que es el caso de Andalucía. Y así parecen sostenerlo algunas de sus administraciones. Coinciden en el tiempo los anuncios de nuevos planes de construcción en varias localidades andaluzas con las declaraciones del consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Luis Planas, en el sentido de que el litoral andaluz cuenta con suelo ya clasificado para la construcción inmediata de unas 40.000 viviendas.

Planas asegura que la Junta de Andalucía "en ningún caso pretende paralizar el desarrollo de la costa", donde actualmente, según datos preliminares, existen unos 30 millones de metros cuadrados en sectores de suelo urbanizable ordenado con plan parcial aprobado dispuesto para su inmediata urbanización, con capacidad para la construcción de unas 40.000 viviendas.

¿Más viviendas en la costa para nuevos compradores extranjeros? Uno de los municipios que apuesta otra vez por el ladrillo es Tarifa, que ya en verano anunció la construcción de viviendas y un complejo hotelero en el paraje de Valdevaqueros –con la inmediata protesta social–.

Pero también en ciudades del interior. El Ayuntamiento de Jaén acaba de anunciar la construcción de 10.000 viviendas, 5.000 en el polígono Nuevo Jaén y otras 5.000 en la zona norte de la ciudad. Resulta llamativo porque la capital jienense tiene 116.731 habitantes, según el padrón de 2012.

No solo viviendas. Otros municipios preparan operaciones de carácter comercial pero con grandes implicaciones urbanísticas. En Sevilla se pretenden construir aparcamientos rotatorios en el casco histórico. Se cambiará la calificación de varias parcelas, de modo que puedan tener uso residencial o comercial. Para ello se han aprobado cambios en su Plan General de Ordenación Urbana.

Finalmente, Córdoba barrunta la idea de levantar un proyecto de ocio y deportivo, con una inversión privada de 141 millones de euros.