La periodista Ana García Lozano vuelve a la televisión para ponerse de nuevo al frente de un programa de testimonios, Tenemos que hablar (lunes a viernes, a las 18.30 horas), en el que personas de a pie cuentan su historia, relacionada con algún tema de actualidad. Además, dos expertos en el tema que se trate aportarán su visión sobre el asunto.

Este es un formato en el que ya ha trabajado, ¿mantiene la ilusión?

Hace un montón que lo hice y que con los años que han pasado tenga la oportunidad de volver a hacerlo es estupendo. No es que sea la misma ilusión, es que es una ilusión renovada.

Además, le han dado una vuelta de tuerca con la presencia de los expertos...

Se trata de hacer un programa de testimonios sí, con la incorporación de los expertos, y luego la vida, la actualidad, la prensa... van a ser lo que nos vaya dando motivos para hablar de ciertas cosas.

¿Cuál es el punto fuerte de los programas de testimonios?

Para mí lo más importante sin duda son las historias y los invitados. Hacen falta las dos cosas. Una buena historia con un invitado que no la sepa contar pierde y una que no lo sea tanto, un buen invitado te la hace estupenda. La clave de los talk-Shows (testimonios) no son las sorpresas, ni las encerronas ni nada por el estilo, son las historias y los invitados.

¿Las mejores historias son las más sencillas?

Las mejores son las más reconocibles, las que cuenta gente con la que te puedes identificar.

¿Por qué la gente quiere hablar de sus intimidades en la tele?

La motivación que tienen en ocasiones es que están en casa y no les escucha nadie y en la tele tienen su momento, para poder expresarse y decir lo que les apetece.

¿Y por qué a la gente le gusta ver eso?

Precisamente porque se puede reconocer en lo que cuentan otras personas. Ven que a la gente le pasan cosas que te pueden pasar a ti o que le pasan al vecino de enfrente y eso es lo que gusta. Los políticos, los cantantes, los actores y la gente popular son estupendos para hacer entrevistas, pero también lo son la gente de a pie, que normalmente no tiene la oportunidad de expresarse en un medio público.

¿Qué es lo más importante para presentar un programa así?

Escuchar y tener interés en lo que te están contando y preguntar al invitado la misma pregunta que se hace el que está viéndolo en casa.

¿Esa conexión con el telespectador es natural o aprendida?

Es sólo sentido común, nada más. Intentar que la historia crezca, que esté bien argumentada. Se trata de ir guiando la historia, que te la cuente de la mejor manera posible, hacer de confidente.

En el pasado le contaron historias de lo más raro, extraterrestres incluidos, ¿qué se hace en una situación así?

Sobre todo nunca reírse del invitado. Siempre te puedes reír con ellos pero nunca de ellos, hay que tenerles respeto.

¿Y no tiene alguna técnica infalible para interrumpirles o reconducirles...?

No, no hay una técnica infalible porque además cada invitado es diferente y requiere una forma distinta de cortarle o de intentar que siga contando la historia. Con el paso de los años acabas viendo de qué pie cojea cada invitado y cuál es la mejor manera. No me gustaría que hubiera una regla fija porque sería todo muy encorsetado.

¿Le convalidarán Psicología?

(Risas) Alguna asignatura sí, porque de escuchar tanto a la gente al final sabes hasta dónde va a llegar el invitado, si te lo va a contar todo, si no está a gusto... Con el paso de los años te vas haciendo un poco psicólogo.

¿Qué temas se están tratando?

De todo tipo. Sobre todo temas sociales. Temas tristes, sí, pero también divertidos, porque no deja de ser televisión y ser entretenimiento. Incluso a los temas más difíciles intentamos darles una visión positiva u optimista.

¿Qué papel van a tener los dos expertos que van a participar?

Van a aportar su experiencia, a dar claves, comentarán,  subrayarán cosas buenas de lo que cuenten los invitados... siempre para positivar y sacar cosas en claro.

Los programas de testimonios no están exentos de polémica...

Nosotros no vamos a dar sorpresas. La gente que viene al programa sabe para qué viene y qué trocito de su vida nos va a contar.

La 1 ha perdido audiencia... ¿eso les aporta más tensión por la audiencia?

A mi TVE no me ha dado una cifra a la que tengamos que llegar y menos ya. Creo que están tranquilos y lo que quieren es que poco a poco el programa se afiance en esta franja horaria que es muy complicada. Queremos dar una alternativa a lo que ya hay.

En Wikipedia lo primero que pone de usted es que es sobrina de Manolo Escobar...

Lo tomo como algo natural porque mi tío es una personaje muy popular, muy querido, muy famoso...  Es una anécdota. Si hubiera querido cantar habría sido estupendo tener un tío como él (risas).

¿Y no se planteó nunca lo de cantar?

Sí, sí, claro que he cantado, con mis grupitos y esas cosas, pero como estaba con la carrera de periodismo al final decidí seguir por ahí (risas).

BIO: Comenzó su carrera como periodista en la radio y después ejerció labores de redacción y coordinación de varios programas en Telecinco (Vip Noche) y en Antena 3 (El gran juego de la oca). Su primer trabajo delante de las cámaras fue en El programa de Ana, un formato de testimonios, en Telemadrid. En Televisión Española, presentó durante tres temporadas el debate Esta es mi historia (2001-2004) y en 2005, el espacio Préstame tu vida. Actualmente colabora con Pepa Fernández en el programa No es un día cualquiera de Radio Nacional. Está casada y tiene dos hijos.