El jurado declara culpable de asesinato a la mujer que apuñaló a su vecina en Arjona

El jurado popular encargado de enjuiciar a la joven acusada de apuñalar a su vecina de Arjona (Jaén) en julio de 2011 la ha declarado culpable de asesinato por unanimidad, toda vez que ha considerado que sabía diferenciar entre el bien y el mal atendiendo a las pruebas periciales que los expertos han aportado en la vista oral que ha acogido desde la mañana de este lunes hasta este martes la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Jaén.
La acusada antes del veredicto hoy
La acusada antes del veredicto hoy
Europa Press
La acusada antes del veredicto hoy

El jurado popular encargado de enjuiciar a la joven acusada de apuñalar a su vecina de Arjona (Jaén) en julio de 2011 la ha declarado culpable de asesinato por unanimidad, toda vez que ha considerado que sabía diferenciar entre el bien y el mal atendiendo a las pruebas periciales que los expertos han aportado en la vista oral que ha acogido desde la mañana de este lunes hasta este martes la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Jaén.

No obstante, el jurado ha tenido en cuenta la atenuante de "alteración psíquica por haber abandonado la acusada su medicación". El portavoz del jurado, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, ha leído el veredicto fundamentando su deliberación también en las pruebas testificales de los dos varones, uno de ellos el nieto, que vieron cómo la anciana era atacada por la procesada, D.P.G. Según ha precisado, la acusada se dirigió hacia su víctima "de forma sorpresiva sin tener opción ésta de defenderse siendo agarrada por el pelo".

En cuanto al resto de informes presentados en el juicio, el jurado cree que "no contradicen de forma determinante" la versión aportada por los psiquiatras y forenses que declararon en la vista.

Así las cosas, el Ministerio Público ha mantenido su petición de pena de prisión, que se eleva a 16 años, así como una indemnización de 16.000 euros para cada uno de los hijos de la fallecida. De su lado, la acusación particular ha rebajado a 17 años y medio su petición considerando dicha atenuante, así como 36.287 euros por responsabilidad civil, 9.000 euros por el hecho de que la anciana estuvo impedida durante cinco meses y 4.535 euros para cada heredero, cuatro hijos y dos nietos.

De su lado, la abogada de la defensa ha pedido 15 años de prisión, siendo la pena mínima establecida por el delito de asesinato. Además, se ha dirigido a la magistrada solicitando que establezca la indemnización que considere oportuna puesto que "la vida no tiene precio y esta parte no va a poner precio a la vida de la víctima", tal y como ha asegurado.

Por último, el letrado de la acusación particular, Francisco José Gárate, que se ha mostrado "muy satisfecho" por la deliberación del jurado, ha pedido también el "destierro" de la localidad por parte de la acusada así como la prohibición de aproximarse a los familiares de la anciana por un plazo máximo de diez años.

"ninguna psicopatología"

Médicos psiquiatras aseguraban este lunes, en la segunda sesión del juicio, que la acusada no presentaba en el momento de los hechos ningún tipo de psicopatología propia de una enfermedad mental. Además, afirmaban que sabía diferenciar entre "el bien y el mal". En su declaración, uno de estos profesionales recordaba que D.P.G. le comentó que "a ese tipo de personas hay que matarlas como a un perro rabioso". Además, señalaba que, de haber tenido un brote psicótico en el momento de apuñalar a la víctima, "lo podrían haber apreciado días más tarde".

De su lado, un primo de la acusada, a propuesta de la letrada de la defensa, el cuál ha comentado que su prima le decía que "tenía un demonio dentro que le decía: hazlo, hazlo". Además, le comunicó que "se sentía muy mal". Así, ha reconocido que iba "casi todos los días" hasta la casa de ella y de su padre para "quedarse tranquilo" sabiendo que "todo estaba bien". En concreto, "cuando no se tomaba la medicación se lo notaba porque tenía los ojos desencajados".

La procesada declaraba en la mañana de este lunes que no recuerda lo que ocurrió, si bien admitía que "cuando no se toma las pastillas es muy agresiva". Así, ha insistido en que cuando no tomaba medicación "se le iba la cabeza" y ha reconocido que "bebía alcohol de todo tipo" y que el día de los hechos "cree que bebió bastante", mencionando el "anís". "Bebo alcohol a menudo porque me siento bien".

Respecto a su relación con la anciana fallecida meses más tarde en un hospital, ha comentado que "se llevaba bien con ella", que "de pequeña la llevaban a su casa" y que "la había criado como a sus nietos". No obstante, al serle recordado por la Fiscalía que días más tarde de la agresión indicó al forense "que había afilado la navaja" con la que presuntamente apuñaló a su víctima, la acusada ha mencionado que "tampoco lo recuerda".

Del mismo modo respondía cuando la acusación particular le interrogó sobre el hecho de que "cogiera el coche de su padre huyendo del lugar y teniendo más tarde un accidente con el mismo". Al hilo, aseguraba, contestando a las preguntas de su letrada, que "desde hace tiempo escuchaba voces de mucha gente que le decía loca". Según ha expresado, se trata de las mismas voces que escuchó el día del suceso y que pensaba que "provenían de la calle". Es más, en ocasiones "veía gente" que más tarde su padre le aclaraba que "no existía".

"puñaladas por la espalda"

Por su parte, un nieto de la víctima ha declarado, como testigo de los hechos, que vio cómo la vecina de su abuela le asestaba distintas "puñaladas por la espalda" mientras que con la otra mano "la sujetaba del pelo". Lo observó, según explicaba, desde el retrovisor de su coche cuando fue alertado por otro varón. Fue en ese momento cuando se bajó del vehículo y se dirigió a toda prisa para salvar a su familiar.

Tal y como continuó, "cuando la conseguimos separar de mi abuela entre otro hombre y yo quería volver para continuar acuchillándola". "Quería rematarla", ha aseverado el nieto de la anciana. Así, comentaba que "desconoce" si tenía algún problema con su abuela, aunque "había escuchado que tenía piques con vecinas de su edad", algo que ha sido corroborado por otros vecinos que han declarado.

De su lado, el varón que le ayudó a separar a la acusada de la víctima, ha manifestado que "la obsesión de D.P.G. en ese momento era ella", pues, ha aseverado, "entre dos prácticamente no podíamos apartarla" de la anciana.

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