Ponía a la venta objetos que ni siquiera tenía  y hacía que sus víctimas le enviasen el dinero por adelantado. Así se ganaba la vida, D.C.D., un joven español de 29 años que ha sido detenido en Navalcarnero acusado de cometer decenas de estafas a través de Internet y de destrozar varias habitaciones de hotel.

El puesto de la Guardia Civil de esta localidad del sureste de Madrid inició la 'operación Gailor' el pasado mes de octubre a raíz de la denuncia de un hotel del municipio, que aseguró que uno de sus clientes se había marchado sin pagar después de haber ocasionado numerosos daños.

Los agentes rastrearon la documentación con la que se había registrado y comprobaron que la reserva se había realizado con una identidad falsa. Al cruzar los datos con el resto de bases informáticas de la Guardia Civil, comprobaron que D.C.D. ya había cometido engaños similares en Ocaña (Toledo) y Santa Eulalia (Mallorca) suplantando a otras personas.

Los mismos nombres que utilizaba figuraban como supuestos vendedores de teléfonos IPhone, terminales inteligentes, tabletas multimedia o videoconsolas en los portales de Internet más populares, como Segundamano o EBay. Los productos, en realidad, no existían y nunca llegaban a sus nuevos propietarios. La Guardia Civil encontró a la venta incluso un chalé en primera línea de playa en Mallorca que se ofertaba sin conocimiento de su auténtico propietario.

La Guardia Civil detuvo a D. C. cuando acudía al banco. En un primer momento, negó los hechos e intentó esquivar a los agentes identificándose con un DNI robado. Después, confesó.

Su modus operandi consistía en colocar anuncios falsos y pedir a los compradores que les enviase un adelanto del importe. Las cantidades llegaban por giro postal o mediante ingresos en cuentas bancarias que abría utilizando los datos de terceras personas a las que sustraía el DNI.

El negocio le reportaba grandes beneficios y le permitía no trabajar. El día de su detención, conducía un coche de gama y se disponía a retirar miles de euros de sus últimas estafas. En sus ratos libres, organizaba fiestas en habitaciones de hotel para él y sus amigos. La Guardia Civil calcula que

había puesto en marcha más de 150 operaciones fraudulentas.

Tras su detención, fue puesto a disposición judicial acusado de varios delitos y faltas.