La primera 'marea blanca' de ámbito nacional ha tomado este domingo las calles de Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Málaga, Cádiz, Ourense, Murcia y Palma de Mallorca, entre otras ciudades, para protestar por los recortes bajo el lema 'La sanidad pública no se vende, se defiende'.

La manifestación madrileña, la tercera en lo que va de año en la capital, se ha concentrado en Cibeles a las 12.00 horas, procedente de diversas columnas que han partido desde 27 hospitales de la región para finalizar en la Puerta del Sol. Participan en la marcha, organizada por PATUSalud, las plataformas de profesionales y usuarios de la capital y de localidades limítrofes, así como los sindicatos de la sanidad madrileña—CC OO, Satse, Amyts, CSIT-UP, UGT y USAE—, y la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM).

Los manifestantes, muchos de ellos ataviados con batas blancas, han coreado gritos como "Pueblo de Madrid movilízate", "A estos sinvergüenzas párale los pies", "Menos Eurovegas y más enfermeras" o "que no, que no, que no queremos pagar su deuda con sanidad y educación".

La columna más madrugadora ha sido la del Hospital de Henares, que ha confluido a las 11.00 h en la plaza de Manuel Becerra con las plataformas del Niño Jesús, Santa Cristina y Gregorio Marañón, y con la del Hospital de la Princesa en la Puerta de Alcalá. La columna del Hospital de Getafe se ha unido en el Doce de Octubre con los sanitarios y usuarios del Infanta Cristina, Severo Ochoa, Hospital del Tajo y el de Móstoles.

Tras ellos ha arrancado la marcha procedente de los hospitales Infanta Leonor y Virgen de la Torre (Vallecas) rumbo a Atocha, mientras por el norte han salido las del Clínico San Carlos y Cruz Roja para unirse en Nuevos Ministerios a los manifestantes de los hospitales La Paz, Infanta Sofía, Carlos III y Ramón y Cajal. También han marchado hacia Atocha los trabajadores y vecinos de los hospitales Príncipe de Asturias, Fuenlabrada, Sureste, Alcorcón, además de Virgen de la Poveda y centros de salud.

Una vez en Sol se ha leído un manifiesto en el que se ha incidido en que "la sanidad es un derecho" y en que no iban a consentir "que se negocie con ella, ni como ciudadanos, ni como trabajadores de la Sanidad". "Resistiremos como venimos haciendo hasta ahora y manifestamos una vez más, nuestra contundente repulsa a los planes de privatización que se están llevando a cabo en todas las autonomías", concluía el manifiesto.

En todas las manifestaciones celebradas en el territorio nacional se ha hecho hincapié en que la sanidad pública española es de "las mejores y más eficientes del mundo" y la gestión privada de los servicios sanitarios "es más cara" y "disminuye la calidad de las prestaciones. Una de las concentraciones más numerosas ha sido la de Barcelona, donde miles de personas salían con pancartas en las que se podía leer que "La salud no tiene precio", "Con la salud no se juega" o "Basta recortes".

En toda España hay manifestaciones este domingo en 16 ciudades, entre ellas Albacete, Logroño, Tolosa (Guipúzcoa), Segovia, Toledo, Almansa (Albacete) y Cuenca.

Mónica  García, portavoz de la AFEM, ha anunciado además que AFEM ya ha recaudado entre los médicos madrileños "más de 90.000 euros, la mitad de lo necesario para contratar a un bufete de abogados que estudie acciones legales ante posibles irregularidades que pudieran detectarse en el proceso de privatización" de seis hospitales y 27 centros de salud por el Gobierno regional.

El sindicato de médicos Amyts, que ha participa en la marcha blanca, ha considerado "positivo" que la Consejería de Sanidad haya convocado reuniones de la Mesa sectorial la próxima semana para la negociación del plan de ordenación de recursos humanos y la "evaluación de propuestas al plan de privatización".

El consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, ha afirmado este domingo que la 'marea blanca' de la sanidad pública es "un intento de seguir alargando un conflicto, en interés no de los ciudadanos ni de la sanidad pública, sino en interés de quienes la convocan".

En su opinión, los convocantes "quieren seguir teniendo un papel o algo que agitar, o algo que hacer". "Confundir intereses personales, muy legítimos y profesionales o laborales, todos muy legítimos, con el interés del conjunto de la sociedad no es decirle la verdad a la gente", ha sostenido.