A las 11.45 horas de este miércoles, casi cuatro horas más tarde de lo previsto y ante la atenta mirada de operarios, periodistas y algún curioso, un convoy del metro de Málaga salió en fase de pruebas del recinto de talleres y cocheras, junto a Los Asperones, hacia la ampliación del campus de Teatinos, un tramo de la línea 1 por el que los trenes discurren en superficie.

Un total de 2,7 kilómetros entre las paradas Paraninfo y Hospital Clínico, perfectamente señalizados para evitar problemas con peatones y vehículos y que, escoltado por varios operarios, el tren realizó sin incidencias y a baja velocidad en algo más de una hora. En este circuito el ferrocarril ha de atravesar tres cruces con tráfico rodado.

Estas pruebas se realizarán hasta junio, de lunes a viernes, de 08.00 a 18.00 horas, siendo el objetivo comprobar el funcionamiento del material móvil, así como de la superestructura de la vía, de la catenaria, etcétera. Todo ello para "poner el metro en uso de manera comercial y garantizar la seguridad en este tramo en superficie", ha manifestado a los periodistas el delegado territorial de Fomento y Vivienda de la Junta, Manuel García Peláez.

El delegado ha calificado este día como "importante", ya que "es un paso más para cumplir el compromiso de la Consejería de poner en marcha las líneas 1 y 2 hasta la estación María Zambrano". Además, ha considerado que es una buena oportunidad para que la ciudadanía pueda comprobar que el metro "es tan seguro en superficie como soterrado", añadiendo, de hecho, que se trata del mismo materia móvil y de la misma plataforma en un caso que en otro.

García ha destacado el compromiso que la Consejería dirigida por IU tiene con el proyecto de metro y ha reclamado al alcalde, Francisco de la Torre (PP), que "reflexione de una manera seria y responsable" sobre el paso del ferrocarril por el centro, especialmente ante la falta de acuerdo entre su departamento, que defiende que vaya en superficie, y el Ayuntamiento, que aboga por el trazado bajo tierra.

"Es un debate falaz, que no conduce a nada", ha afirmado, añadiendo que "lo que planteamos es el metro con certeza desde el punto de vista técnico, hemos aprendido de Callejones del Perchel, y también económico, ya que hablamos de 438 millones menos —si se hace en superficie—, y en una época de crisis tenemos que aprender de la crisis".

Ha advertido de que si el ferrocarril urbano va en superficie por la Alameda Principal y el Paseo del Parque "no sería un metro producto de la crisis, sino todo lo contrario, un metro que aprende de ella". Por esto, ha considerado conveniente utilizar las pruebas de los trenes a ras de suelo iniciadas este miércoles para "plantear un debate serio y tener un metro sostenible desde el punto de vista económico, técnico, del tiempo y medioambiental".

Comisión de seguimiento

En este punto, ha recordado que a mediados de este mes de febrero se reunirá la comisión de seguimiento, en la que se espera avanzar en la propuesta de la Consejería de Fomento acerca del metro en superficie por el centro, así como en los elementos de movilidad necesarios para el funcionamiento a finales de este año de las líneas 1 y 2 hasta la estación María Zambrano y en las cuestiones económicas aún pendientes.

"Intentaremos acercar posturas y seguir debatiendo", ha señalado García Peláez, haciendo referencia a las últimas declaraciones de la consejera de Fomento, Elena Cortés, en las que apostaba por la política como elemento para solucionar los problemas. "Estamos seguros de que eso tiene que ser así porque tenemos que hacer rentable social y económicamente el metro, ya que lo vamos a pagar entre todos", ha apuntado.

Así, ha recordado al Ayuntamiento de Málaga que hay que pagar esta infraestructura "entre todos, no sólo en la construcción, sino también en la puesta en funcionamiento", por lo que "todo lo que utilicemos de más serán euros que quitaremos a los ciudadanos para detraerlos y no poder hacer otras cuestiones".

"Estamos en un situación económica grave y tenemos que velar para que cualquier euro de inversión tenga un retorno, puesto que lo que hagamos aquí lo detraeremos de otras actuaciones", ha defendido el delegado territorial.

FINANCIACIÓN

Sobre si hay financiación o no y el posicionamiento al respecto que mantienen, por una parte, IU y, por otra, el PSOE, a través del presidente de la Junta, José Antonio Griñán, García ha declarado que "el debate es muy fácil: en el presupuesto de 2013 hay 90,3 millones de euros y todo el mundo sabe cuál es la situación económica".

Más aún, siguiendo con las a priori diferencias mostradas por el PSOE e IU respecto a si hay dinero o no para acometer el último tramo del metro, ha opinado que "los partidos están ahí y plantean sus cuestiones y la institución, que en este caso está representada por la Consejería de Fomento y Vivienda —dirigida por IU—, tiene una orientación muy clara: un apoyo decidido para tener el metro a finales de 2013 hasta María Zambrano y si fuera posible en 2014 llegar a La Malagueta y así sucesivamente hasta El Palo".

Al insistirle sobre las declaraciones del presidente de la Junta acerca de que la financiación no es el problema de este proyecto, García Peláez ha aseverado que "Griñán se pronuncia a favor del metro de Málaga y evidentemente no desdice lo expuesto por la consejera, que incide en que hay 90 millones en el presupuesto de 2013 y que la voluntad y el compromiso de la Consejería, si se llega a un acuerdo con el Ayuntamiento, es tener el metro en superficie en 2014 en La Malagueta y llegar en 2016 a El Palo".

Salvo tierra

Una de las caras conocidas que han podido verse en este recorrido inicial del tren ha sido la de su anterior responsable, Enrique Salvo Tierra. De igual modo, pese al frío, en las puertas del recinto de talleres y cocheras se encontraban dos jóvenes, Rachel Kennedy e Ignacio Espila, que no han querido perderse los primeros pasos de la línea 1 del metro.

Rachel Kennedy, una británica que lleva más de seis años en Málaga y que ha vivido en cierta forma las obras del metro en Callejones del Perchel, quería ver los trenes antes de marcharse a Chile por cuestiones de trabajo. Su objetivo, no obstante, es volver y poder hacer uso del ferrocarril urbano.

Kennedy ha aplaudido el diseño de los trenes y, especialmente, los colores utilizados, el verde y el blanco, ya que "son mis preferidos, soy del Celtic de Glasgow, y me parecen perfectos".

Por su parte, Espila, diseñador gráfico de profesión, confía en utilizar el metro "muy a menudo", puesto que reside en la barriada de Soliva, por cuyas proximidades pasa la línea 1. "Tengo una parada cerca de casa y para ir al centro sería ideal", ha expuesto.

Ambos, pero sobre todo Espila, han defendido el metro bajo tierra por el centro. Así, éste último ha comentado que "si fuera por encima, sería un retraso, pan para hoy y hambre para mañana; el objetivo debería ser quitar tráfico en el centro".