El obispo de Tenerife sostiene que el mundo "necesita la salvación no sólo en el plano económico"

El obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, ha señalado durante su homilía con motivo de la celebración del día de la Virgen de Candelaria que el mundo "necesita la salvación no sólo en el plano económico", pues "lo primero pasa por sanear el corazón".
Celebración de la eucaristía por el día de la Virgen de Candelaria
Celebración de la eucaristía por el día de la Virgen de Candelaria
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Celebración de la eucaristía por el día de la Virgen de Candelaria

El obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, ha señalado durante su homilía con motivo de la celebración del día de la Virgen de Candelaria que el mundo "necesita la salvación no sólo en el plano económico", pues "lo primero pasa por sanear el corazón".

"Cristo es luz para alumbrar las naciones. El sol no puede hacer efecto en nosotros si no nos ponemos ante él, tal y como ocurre con Cristo, con quien necesitamos entrar en contacto", manifestaba el prelado durante la celebración de la eucaristía que se ha celebrado hoy sábado en la Basílica de Candelaria, que ha contado con la presencia de numerosos fieles y representantes públicos.

"Dejarnos iluminar por Jesucristo" ha sido la principal propuesta realizada por el obispo en la misa, quien empezó su homilía exponiendo que hoy se celebra el día de la Presentación de Jesús en el Templo. "Un anciano y una anciana, como Simeón y Ana, descubrieron que aquel niño no era un niño cualquiera", relató el prelado nivariense.

Bernardo Álvarez afirmó en otro momento de la misa que Jesús "brilla sobre nosotros y nos quiere iluminar". "Cristo nos ilumina con su amor y su entrega hasta dar la vida", añadió el obispo, quien, para verificar si los fieles están siendo iluminados por Jesús, invitó a los presentes a preguntarse si van adquiriendo "el pensamiento, los sentimiento y el comportamiento de Jesucristo".

El obispo insistió en que este mundo "necesita la salvación", lo cual pasa por "sanar el corazón". "Para ser mejores, primero hay que sanar nuestros corazones", agregó el prelado, para añadir que la luna no tiene luz propia, brilla por el reflejo de la luz del sol. "Lo mismo ocurre con nosotros, no tenemos luz propia, sino que debemos reflejar la de Cristo, como hizo María", finalizó.

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