El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) acogerá una vista de apelación para determinar si hubo alevosía y agravante de parentesco en el asesinato de la joven de Toén Laura Alonso a manos del autor confeso Javier C.G., condenado a 18 años de prisión por la Audiencia Provincial de Ourense, que también le impuso la inhabilitación absoluta durante la condena, el pago de las costas procesales y el de 200.000 euros a los padres de su víctima.

En un comunicado, el TSXG ha indicado que la vista para resolver la apelación presentada por el letrado del condenado se celebrará este martes día 29 en la Sala de lo Civil y Penal, a partir de las 11.00 horas.

La defensa de Javier C.G. mantiene, según explicó a Europa Press, que en los hechos ocurridos en la madrugada del 24 de agosto de 2009 que terminaron con la muerte de Laura Alonso "no concurren las circunstancias recogidas en la condena por asesinato, tanto la alevosía como el agravante de parentesco".

El juicio de Javier C.G. se celebró en la Audiencia Provincial de Ourense entre el 17 y el 19 de septiembre de 2012 y su defensa mantuvo siempre la calificación de homicidio para lo ocurrido, por lo que ahora, ante el TSXG, argumentará la inexistencia de alevosía, pues ésta es uno de los elementos que distingue homicidio de asesinato.

El letrado también argumentará contra la relación de parentesco evidenciada por el jurado popular tras darse a conocer varios mensajes telefónicos intercambiados entre Javier C. y su víctima, durante meses antes de la muerte de la joven, cuyo cuerpo fue hallado en una zona boscosa del ayuntamiento de Toén, lindante con el de Ourense.

Sentencia de la audiencia

La alevosía, según la sentencia de la Audiencia Provincial del mes de septiembre, aparece en delitos contra las personas y consiste en que el autor utilice "modos y formas objetivamente adecuados para asegurar su fin, mediante la eliminación de las posibilidades de defensa de la víctima". La esencia de la alevosía, según el escrito judicial, está en "la existencia de una conducta agresora que tienda objetivamente a eliminar la defensa".

Sobre la relación de parentesco, considerada como agravante del asesinato, la sentencia consideró que el jurado popular admitió como hecho probado que entre Javier y Laura hubo una relación de noviazgo de cerca de tres años "plagada de malos tratos, psíquicos y físicos según la prueba pericial psicológica".