«Los clientes prefieren los viernes o los jueves porque en fin de semana cada uno tiene sus compromisos», explican en el Antiguo Tabernillas, donde tienen reservas desde hace un mes.

En otros establecimientos, como el Montañés, las reservas comenzaron mucho antes. «Las cenas del día 15 de diciembre están completas desde el mes de agosto», señalan.

Con tanta antelación es normal que los hosteleros exijan cierto compromiso. Algunos piden una señal, que se queda como fianza. Así, en el caso de que finalmente no vayan a ese restaurante, no se les devuelve el dinero.

Otros prefieren exigir que se confirme con una semana de antelación. «Cogemos los datos de la empresa y deben asegurarnos su asistencia porque ponemos muchos extras en el menú y no queremos que nos sobren cubiertos», explican en La Taberna del Mono Loco.

Los menús varían mucho dependiendo del establecimiento, pero la mayoría opta por ofrecer un menú cerrado con un par de platos para elegir. Resulta más cómodo para el restaurante, que ya sabe cuántos platos de cada tipo debe preparar, y para los comensales, que llegan al establecimiento sabiendo lo que van a tomar.

También hay restaurantes que no hacen reservas, pero se corre el riesgo de encontrarlo lleno. «Normalmente no hay problema porque nuestro local es grande, pero es mejor venir pronto», aseguran en El Fuelle.

Las comidas ganan terreno

Ante la imposibilidad de tener sitio para cenar el día elegido, hay empresas que optan por organizar una comida. «Lo habitual es pedir cena para un viernes o un jueves, pero si no les queda más remedio reservan para comer», explican en El Foro. En ese caso se prefiere el viernes, ya que hay muchas empresas que no trabajan por la tarde. También están los que convocan la comida para enero, durante la semana de Nochevieja a Reyes, pero los días más solicitados este año siguen siendo el 14, 15, 21 y 22.