El lobo ha vuelto a Euskadi y hay que aprender a convivir con él

Los ecologistas denunciarán ante la UE a la Diputación de Bizkaia por querer exterminarlo. Hay 24 lobos en el País Vasco.
El lobo ha regresado a Euskadi. Se extinguió hacia 1950, debido a la persecución del hombre. A principios de los setenta se empezó a notar su recuperación, que creció en los años ochenta. Y hoy se estima que hay una población mínima de 24 lobos, agrupados en cuatro familias, y que se mueven por Vizcaya, Álava, Cantabria y Burgos.

En varias ocasiones se han producido ataques al ganado; por eso, la Diputación de Bizkaia va a «hacer todo lo posible para evitar que el lobo colonice nuestro territorio». Una medida que baraja sería organizar batidas para exterminarlo.

Los grupos ecologistas, sin embargo, creen que es una atrocidad pretender acabar con este animal. «Debemos aprender a vivir con el lobo», proclaman.

Y anuncian una defensa activa de esta especia. Ayer, en Bilbao, los grupos Ekologistak Martxan, Lanius, Izate, Ascel y Grupo Lobo de Euskadi advirtieron, en primer lugar, de que si la Diputación da luz verde a las batidas, estará actuando en contra de la Orden de Vedas, que dicta que sólo se le puede dar caza tras comprobar que ha atacado al ganado; y estará atentando contra la Directiva de Hábitas, que considera el lobo una especie de interés comunitario. Por todo ello, grupos ecologistas lo denunciarán ante la Comisión Europea.

Argumentan que el lobo puede convivir en zonas como Las Encartaciones, donde tiene corzos y jabalíes para alimentarse. En Álava, por ejemplo, cada año se matan unos 1.000 jabalíes y el lobo ayudaría a controlar esta población. «Porque... si todos hacen como Vizcaya, el lobo desaparecerá», alertan.

Perros mastines con el ganado

En Álava, para proteger a las ovejas y las vacas, algunos pastores compran perros mastines, ya que es un animal fuerte y poco peligroso que asusta a los lobos. Hay pastores, en la zona de Orduña, por ejemplo, que traen cachorros de esta raza de zonas de Castilla y León, los crían y los adiestran y, después, los venden a muy buen precio.

Aunque, a pesar de que los canes no son muy fieros, algunos montañeros se han llevado un buen susto al ver al perro acercarse al galope.

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