Pasión por el cine cutre: cuanto peor sea una película, mejor

  • La serie B y otras películas de calidad ínfima tienen cada vez más fans.
  • El número de páginas web, foros, homenajes y eventos dedicados a las películas basura no cesa de crecer en todo el mundo.
  • Entre el clásico Ed Wood y el contemporáneo Uwe Boll existe un amplísimo elenco de directores expertos en dar a luz filmes horribles.
'Star Crash', 'Troll 2', 'Batman' (1966), 'The Room', 'Superman Donuyor', 'La novia del monstruo', 'Undefeatable', 'Street Fighter: La última batalla' y 'Manos: The Hands of Fate' (de izquierda a derecha y de arriba abajo).
'Star Crash', 'Troll 2', 'Batman' (1966), 'The Room', 'Superman Donuyor', 'La novia del monstruo', 'Undefeatable', 'Street Fighter: La última batalla' y 'Manos: The Hands of Fate' (de izquierda a derecha y de arriba abajo).
'Star Crash', 'Troll 2', 'Batman' (1966), 'The Room', 'Superman Donuyor', 'La novia del monstruo', 'Undefeatable', 'Street Fighter: La última batalla' y 'Manos: The Hands of Fate' (de izquierda a derecha y de arriba abajo).

Las bondades estéticas y narrativas del cine han llevado a aceptar la cinematografía como séptimo arte. A lo largo de más de un siglo, directores, actores y guionistas han fabricado sueños maravillosos con las técnicas de grabación y proyección de imágenes en movimiento. Sin embargo, hay muchos, muchísimos sujetos que se han especializado no en los sueños sino en las pesadillas audiovisuales, en la ñapa fílmica, en realizar chapuzas a 24 fotogramas por segundo que hacen que nos preguntemos si de veras el cine puede considerarse un arte.

No, no nos referimos a los largometrajes que acaban nominados a los populares premios Razzie estadounidenses, con los que se distingue a las peores películas del año (al fin y al cabo estas cintas siguen perteneciendo a la corriente de cine comercial), sino a creaciones de mucha más baja estofa: la serie B y otros subproductos que han acabado conformando lo que suele denominarse como cine cutre o cine basura. Son películas tan malas que adquieren un valor extra que las convierte en comedias de culto para el cada vez más amplio grupo de aficionados a este tipo de producciones, grupos de amigos que se reúnen para compartir carcajadas gracias a escenarios de cartón piedra, marionetas revenidas y diálogos irrisorios.

"Son las películas extremadamente cutres o delirantes, tanto que hacen reír. Son tan malas que piensas: 'no he visto nada igual'. Además, para que una peli sea cine cutre del bueno es fundamental que sus responsables no sean conscientes de estar rodando mierda. No ha de ser intencionado; si no, no tiene gracia", explica Carlos Palencia, más conocido como Oso, webmaster de Cine Cutre, la página web española más conocida de entre las que hablan de este género. "Nosotros calificamos como cine cutre cualquier película que causa mofa, indignación o ambas", añade.

El auge de este fenómeno se materializa en festivales de películas malas como la Cutre-Con, cuya segunda edición se celebró el pasado fin de semana en Madrid, o la Monstrua de Cine Chungo (organizada por Viruete y La parada de los monstruos). También abundan los listados de las peores películas de la historia en páginas como IMDb, Rotten Tomatoes o Metacritic, fuentes de valor inapreciable que permiten localizar los mayores despropósitos cinematográficos existentes. Tras descubrir el material, lo importante es hacerse con él (y a menudo también con subtítulos adecuados). "Se consiguen de todas las formas posibles: amigos que coleccionan cintas VHS, foros americanos, el eMule, mercadillos...", comenta Carlos Palencia.

Cada vez hay más festivales, sitios de Internet y literatura varia dedicada a esta extraña afición, pero existen muestras de amor al cine basura aún mayores...

Tres pruebas del poder de atracción del cine malo

El homenaje de Tim Burton a Ed Wood: Si hubiese que elegir al mayor icono de la historia del cine cutre, ese sería sin duda Ed Wood. El director, productor, guionista, editor y actor responsable de películas como Glen o Glenda, La novia del monstruoPlan 9 del espacio exterior, logró ser considerado el peor director del mundo, lo que ha acabado siendo sinónimo de "figura de culto" dentro de la industria. Su trabajo definía perfectamente la esencia de este tipo de producciones: películas hechas con ambición, con deseo sincero de realizar un buen trabajo, pero que acabaron en fiascos debido a los bajos presupuestos y la falta de talento. La llamativa personalidad y extravagante vida de Ed Wood llevaron a Tim Burton a dirigir una película sobre él, con Johnny Depp en el papel del propio Wood y Martin Landau como Béla Lugosi (papel por el que obtuvo un Oscar en 1994 como mejor actor de reparto).

Cine basura y humor en la televisión: La lúdica actividad de ver películas cutres en compañía mientras se realizan comentarios jocosos tuvo su materialización en una serie televisiva que es considerada de culto en Estados Unidos. Su nombre era Mystery Science Theater 3000 (MST3K) y, entre 1988 y 1999, proyectó decenas de cintas de calidad ínfima. El surrealista argumento de la serie/programa de cine solo era una excusa para hacer chistes sobre los filmes. A saber, un doctor loco desea encontrar la peor película jamás creada para usarla como arma con la que dominar el mundo. Para ello secuestra a un bedel y le obliga a ver largometrajes de serie B. En todos los capítulos puede verse cómo el protagonista y dos pequeños robots se sientan en unas butacas de cine y, frente a ellos (en todo momento se ven sus siluetas), se reproduce un filme que no tardan en destrozar con chistosos comentarios.

El fenómeno fan de Troll 2: La película de terror Troll 2 (1990) tiene el gran honor de estar entre los filmes horrendos más conocidos. Dirigida por el italiano Claudio Fragasso y su esposa, y protagonizada por estadounidenses con poca o nula experiencia en la actuación (algo que se nota en todas y cada una de las escenas), esta cinta cuenta la historia de una familia que se muda a un pueblo en el que habitan goblins vegetarianos. Sí, goblins, no trolls, por lo que ya en el título comienzan las maravillosas y divertidas incoherencias. Es más, no existía ninguna primera parte antes de hacerse Troll 2. El hecho de que esta obra no haya quedado como una peli basura más se debe al fenómeno fan que desató en Estados Unidos y que se ha ido extendiendo por el resto del mundo. Grupos de seguidores del filme se reúnen cada año, disfrazados de los personajes de Troll 2, para representar las mejores escenas, recitar frases y diálogos que ya consideran memorables y, por supuesto, ver la cinta una vez más.  Esta locura fan llegó aún más allá cuando, en 2009, el niño protagonista de Troll 2, ya convertido en un cineasta de 31 años, estrenó Best Worst Movie, un aclamado documental en el que narra la entrañable historia que rodea a esta película.

Basura audiovisual para todos los gustos

No es sencillo delimitar el amplísimo universo del cine cutre. Es obvio que la serie B y la serie Z encajan perfectamente aquí, pero no es el único material susceptible de humor cinematográfico imprevisto: las películas de animación de bajo coste, algunas producciones españolas, ciertas obras de autor con ínfulas desmedidas e incluso algún título comercial que otro son susceptibles de encajar en la denominación de "cine cutre". Tampoco es sencillo realizar categorías, ya que las películas malas a menudo atraviesan varias líneas de cutrez al mismo tiempo. Existen obras que es complicado encasillar, como The Room, a la que muchos llaman el Ciudadano Kane de las películas malas, un melodrama erótico escrito, dirigido y protagonizado por Tommy Wiseau. Se trata de una historia de un triángulo amoroso que costó 6 millones de dólares y dio como resultado una obra nefasta con interpretaciones lamentables... ¡y miles de fans en todo el mundo!. Pero dejando al margen estas rarezas del cine cutre, quizá sí pueden apuntarse algunos focos definidos:

El terror y la ciencia ficción: Sin duda, aquí se encuentra el espectro más amplio de cine malo. Las películas de terror y ciencia ficción son un filón de desfachatez gracias a los absurdos guiones y los insuficientes recursos para realizar buenos efectos especiales. En todas las décadas y países imaginables existen ejemplos destacables. Cuanto menos presupuesto, mejor: disfraces de baratillo, muñecos, cámaras y micrófonos que aparecen por el borde de la pantalla, tramas descabelladas... En esta categoría se encuentran innumerables joyas:

    • Manos: The Hands of Fate (1966): Una seria candidata a peor película de la historia. Un filme escrito, dirigido, producido y protagonizado por Hal Warren, un vendedor de fertilizante que apostó con un amigo que sería capaz de realizar una película de terror de éxito él solo y con poco presupuesto. Los 19.000 dólares que logró reunir Warren dieron lugar a una de las producciones cinematográficas más lamentables realizadas hasta la fecha. Todo es horrible: los planos, el montaje, el sonido, la historia... Nada se salva, ni siquiera por azar. Muy destacable el personaje de Torgo, el sátiro sirviente del villano de la historia, y la musiquilla que acompaña a su movimiento.
  • Aullidos 2 (1985): La conocida película de terror Aullidos cuenta con dos secuelas, algo menos conocidas, dirigidas por Philippe Mora y que constituyen dos fantásticos exponentes del cine cutre. La segunda parte cuenta con la presencia de Christopher Lee (probablemente no sabía dónde se estaba metiendo), inventa el agua bendita explosiva y posee los créditos finales más hilarantes jamás vistos en una película.
  • Aullidos 3: Los marsupiales (1987): Todas las cutre-cualidades de Aullidos 2 alcanzan su máximo esplendor en Aullidos 3. La trama, muy loca, mezcla temas como política, religión y antropología con hombres lobo y hombres marsupiales que se mueven entre efectos especiales asombrosos (en el peor sentido de la palabra) y giros de guión que serían la envidia de M. Night Shyamalan.
    • La guarida del gusano blanco (1988): Si Bram Stoker levantara la cabeza, alucinaría al ver esta esperpéntica adaptación cinematográfica de una de sus novelas, en la que pueden verse escenas tan descabelladas como una gaita hipnotizadora de seres demoníacos.
    • La legión de los muertos (2001): Película de terror alemana dirigida por Olaf Ittenbach inspirada en cintas de vampiros como Abierto hasta el amanecer, pero con varias toneladas de surrealismo y un reparto coral que casi la hace parecer la Magnolia de las películas malas. Entre sus muchas rarezas se encuentra una escena que, a pesar de ser vital para entender un momento importante de la película, sólo puede verse en las escenas eliminadas de la versión en DVD.
    • House of the Dead (2003): Adaptación cinematográfica del videojuego homónimo dirigida por Uwe Boll, al que durante un tiempo se calificó como el peor director de cine moderno, el Ed Wood de nuestros tiempos. Cualquier parecido de House of the Dead con el juego es pura coincidencia, salvo por el hecho de que hay escenas de este insertadas en el metraje de la película sin sentido alguno. Entre sus muchas cutre-virtudes se encuentran los ridículos diálogos, un trampolín que aparece en pantalla cuando no debería verse y una escena de acción de 10 minutos no apta para epilépticos. Objetivamente nefasta.
  • En el terreno de la ciencia ficción, destaca especialmente el cine basura generado en Europa, producciones como Starcrash (una Star Wars italiana con David Hasselhoff como uno de sus protagonistas), Supersonic Man (película española de Juan Piquer Simón protagonizada por un héroe al más puro estilo Superman) o Supernova (en la que Marta Sánchez interpreta a una cantante intergaláctica y también a su malvada réplica biónica). Realizada en Estados Unidos encontramos Star Crystal, una aventura espacial tipo Alien en la que el villano es un peculiar alienígena con personalidad muy volátil.

Acción: Las artes marciales, las peleas callejeras, los ninjas y los superhéroes tienen una preocupante tendencia a escenificar el ridículo en pantalla. De este género surgen algunos de los mejores protagonistas y villanos del cine cutre.

    • Batman (1966): La famosa serie de Batman de los años 60 protagonizada por Adam West tuvo el honor de convertirse en largometraje dando lugar a una descacharrante aventura llena de humor camp. La incoherencia de las tramas de la serie televisiva (con un toque de cutrez y exageración en este caso sí intencionado) se trasladaron a la película en un tour de force del disparate en el que es complicado dejar de llorar de risa.
    • 1990. Los guerreros del Bronx (1982): El éxito de la película estadounidense The Warriors (1979) dio lugar a una considerable cantidad de imitaciones. La italiana Los guerreros del Bronx (y su secuela) es una buena prueba de ello. Ambientada en un futuro postapocalíptico en el Bronx, la película tiene una estructura que parece sacada de un videojuego.
    • Proyecto Ninjas del infierno (1985): Película dirigida por Godfrey Ho, un cineasta de Hong Kong que acostumbra a realizar películas de muy bajo coste mezclando dos filmes diferentes: escenas de uno viejo e inacabado (en este caso de una película de guerra) con otras rodadas por él y generalmente protagonizadas por ninjas de colores. Para intentar darle coherencia a la historia —cosa que no logra— Ho cambia los diálogos de la película antigua para hacer que encaje con la nueva. El resultado es un guión absurdo en el que nada concuerda, ni narrativa ni visualmente (en todo momento se aprecia que son dos películas distintas).
    • Robowar (1988): Otra copia italiana, en este caso de la película Depredador y con un enemigo parecido a Robocop. Gran parte del metraje se destina a mostrar al espectador la profusa vegetación de los paisajes, por lo que su visionado reasulta soporífero en algunos momentos.
    • Street Fighter: La última batalla (1994): El que está considerado como el videojuego de lucha uno contra uno más influyente de la historia, Street Fighter II, fue transformado en la gran pantalla en una película horrible y muy poco fiel al juego que en su momento indignó a los fans pero que a día de hoy es vista con sorna por millones de cinéfilos amantes de lo cutre. En el reparto hay caras tan conocidas como Jean-Claude Van Damme, Raul Julia o Kylie Minogue, que poco pudieron hacer por arreglar una película repleta de momentos tan patéticos que acaban haciendo gracia.
    • Undefeatable (1994):  Peleas callejeras con protagonista femenina, lucha de bandas, trama policíaca y un experto en artes marciales con cara de psicópata que asesina jovencitas. Una de las mejores muestras del cine de acción del más bajo nivel.
  • Batman y Robin (1997): El director Joel Schumacher se esforzó en ridiculizar al hombre murciélago con Batman Forever, pero solo fue capaz de culminar su obra con Batman & Robin. George Clooney, Arnold Schwarzenegger, Chris O'Donnell, Uma Thurman y Alicia Silverstone siempre llevarán en sus conciencias el haber protagonizado una película que parece más un capítulo de los Power Rangers que una superproducción de Hollywood. ¿Trajes de superhéroe con pezoneras?, ¿juegos de palabras constantes y sin gracia relacionados con el hielo? (el villano es el Sr. Frío), ¿Poison Ivy bailando disfrazada de gorila? De las pocas películas comerciales y con alto presupuesto que logra colarse en la categoría de cine cutre con todo el derecho del mundo.

Cine turco: Las películas realizadas en Turquía merecen una mención aparte, ya que se han convertido en todo un fenómeno de Internet en los últimos años. La censura turca, que impedía la proyección de cine occidental, hizo que la Yeşilçam (el Hollywood turco) se viese obligada a realizar sus propias versiones de las superproducciones estadounidenses más populares. El auge comenzó en los años 50, pero fue en los 60 y los 70 cuando alcanzaron su máximo esplendor, cuando se producían entre 250 y 350 películas anuales. Aunque con menos profusión, la costumbre del plagio se ha mantenido durante décadas. De hecho, la película turca más popular fuera de sus fronteras data de 1982, se llama Dünyayı Kurtaran Adam y es una versión de Star Wars con peluches gigantes, máscaras ridículas, trampolines y —como sucede en muchas otras obras turcas—  constantes violaciones de la propiedad intelectual. Se roban descaradamente imágenes de la película de George Lucas e incluso la banda sonora de Indiana Jones. El audio tiene otra peculiaridad: la película está grabada con una única pista de audio, por lo que la música se interrumpe cada vez que suenan efectos sonoros. El filme está protagonizado por Cuneyt Arkin, una de las mayores estrellas del cine turco. Arkin ha protagonizado unas 250 películas, muchas de ellas consideradas mockbusters.

Entre las abundantes copias turcas dignas de mención están Superman Donuyor, varias versiones de Rambo, un Star Trek turco, unas cuantas de superhéroes que parecen sacados de La Liga de la Justicia, El Exorcista, una especie de E.T. llamado Badi, El Mago de Oz... También en la India se realizan muchas versiones de éxitos estadounidenses, pero rara vez alcanzan el nivel chapucero de las "delicias turcas".

Cine de animación: Aunque existe menos material digno de mención que en otras categorías, el cine de animación también tiene una vertiente cutre, casi siempre basada en plagios. La gracia de estas películas está principalmente en los exagerados fallos de perspectiva, de proporciones y de racord, además de las pobres animaciones. Corea del Sur es una mina en este área, como demuestran Golden Bat (un especie de Batman dorado que apenas aparece en la cinta) y 007 Squad (proyectada en la pasada Cutre-Con). Las películas alemanas de bajo presupuesto tampoco se llevan muy bien con los derechos de autor, algo que puede apreciarse en Hércules, horrenda creación en la que Simba y un dálmata hacen sendos cameos no autorizados. En cuanto a animación 3D, es habitual encontrar en los kioskos copias de ínfima calidad y escasa duración de las películas de Disney y Pixar más recientes. ¿Un ejemplo? La infumable The Little Cars: La gran carrera.

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