"El presidente Bush y los demócratas tendrán que trabajar juntos"

El agregado de prensa y portavoz de la embajada de EEUU, John Law, nos da su visión de lo que han supuesto los resultados de las elecciones de EEUU. Para él, la victoria demócrata se encuadra dentro de la normalidad de un sistema que favorece la alternancia.
El agregado de prensa de la embajada de EEUU, John Law.
El agregado de prensa de la embajada de EEUU, John Law.
Embajada EEUU
El agregado de prensa de la embajada de EEUU, John Law.
¿Si los demócratas se hacen con el Senado, podríamos hablar de un revolcón electoral como sucedió con las elecciones de 1974 y 1994?

Es difícil de saber hasta que se sepa la cantidad real de escaños que han cambiado de manos y las diferencias de votos entre los candidatos. Los últimos escaños parece que se están decidiendo por sólo unos pocos votos y no por una diferencia abrumadora.

Es una victoria importante, pero todavía no puede decirse que sea una de esas elecciones que marcan un antes y un después.

¿Qué puede significar esta derrota para el presidente Bush?

No hay que esperar grandes cambios en la política exterior, porque esta es una prerrogativa presidencial y Bush seguirá siendo presidente hasta finales de 2008.

Por otro lado, no es la primera vez que se produce esta situación en la que un presidente es de un partido y el Congreso y el Senado de otro. Incluso el propio presidente Bush tuvo que enfrentarse a una mayoría demócrata cuando era gobernador del estado de Texas.

Creo que el presidente y los congresistas y senadores podrán llegar a acuerdos y adoptar posturas más flexibles, especialmente en un caso como el americano, donde no puede hablarse de partidos monolíticos.

Los partidos están acostumbrados a colaborar y tienen experiencia en ello. Los demócratas intentarán impulsar iniciativas que son muy importantes para ellos, pero ellos y el presidente tendrán que trabajar juntos.

¿Mejora esto las perspectivas demócratas de cara a las próximas presidenciales?

Como en cualquier otra parte, hoy en EEUU el partido que gana está hoy más feliz que el que pierde.

Sin embargo, históricamente, las elecciones legislativas han tenido poca o ninguna influencia en las presidenciales. El caso más evidente es del 1994, cuando los demócratas fueron arrasados en las legislativas y sin embargo el presidente Clinton no tuvo problema para ser reelegido dos años después.

O el de 1986, cuando se retiró Ronald Reagan, con una mayoría demócrata en ambas cámaras, y sin embargo el padre del actual presidente, George H. W. Bush, se alzó con el triunfo en las presidenciales

La victoria de los demócratas en estas elecciones es importante de cara al discurso político pero no sirve como augurio de cara a las presidenciales.

¿Y en el caso concreto de Hillary Clinton?

Si se presentara a las presidenciales, sería un candidato formidable. Los políticos que quieran posicionarse de cara a estas elecciones, incluida Hillary, deberán seguramente hacer algún movimiento a comienzos del año próximo y entonces deberán encontrar un equilibrio entre satisfacer las expectativas de sus votantes locales y reforzar su imagen de cara al electorado del resto del país.

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