La defensa de uno de los miembros del conocido como clan de los Jodorovich, Simón Montero, ha manifestado que los hechos por los que el acusado se sienta en el banquillo en el macrojuicio del caso Kabul ya han sido enjuiciados por la Audiencia Provincial de Barcelona y por los mismos su patrocinado ya fue absuelto.

Así lo ha puesto de manifiesto el letrado durante la fase de cuestiones previas del mayor juicio que se celebra en Baleares por narcotráfico, con 55 personas acusadas por introducir en Mallorca e Ibiza ingentes cantidades de cocaína, heroína y cannabis para su distribución a diferentes organizaciones. La vista oral ha arrancado este lunes y prevé alargarse hasta mediados de marzo.

Y es que en su intervención, el abogado de Montero ha recalcado que su imputación deriva de la intervención del teléfono móvil, que resultó nula, de José Bayona 'el Pony', otro de los acusados de la vista, quien según la Fiscalía participaba en la introducción de las sustancias estupefacientes en las islas, junto a Montero y su hermano Antonio Montero Jodorovich.

Tal y como ha expuesto la defensa del acusado, las anteriores intervenciones telefónicas fueron declaradas "radicalmente nulas" por el Tribunal Supremo, puesto que los investigadores "ocultaron al juez que las conversaciones habían sido intervenidas". Finalmente, ha apuntado que Simón Montero no ha prestado declaración durante la instrucción de esta causa.

Cabe recordar que el El Alto Tribunal absolvió a los nueve miembros del clan Jodorovich condenados por tráfico de drogas y posesión de un arsenal de armas de guerra por la Audiencia de Barcelona, al anular los pinchazos telefónicos y los registros domiciliarios que fundamentaban el caso porque se presentó una misma investigación en dos juzgados.

Un jodorovich "hablaba de comprar fruta,

No droga"

Mientras tanto, en el marco de otra causa y en relación a otras intervenciones telefónicas, otro de los miembros del clan Jodorovich negó que traficara con droga y argumentó que en las conversaciones grabadas no se refería a papelinas de cocaína sino a las frutas que tenía que comprar para su bar de menús de la Zona Franca de Barcelona, en el que trabajaban su mujer y sus padres.

"Teniendo dos bares de menús estoy realizando compras continuamente. Hablo de frutas, de yogures, de leche. Hay que darles un poco de calidad a los clientes. Si se habla de frutas será fruta", llegó a afirmar el inculpado, acusado de dirigir el negocio de drogas, controlar los puntos de venta y a los morosos.