El Instituto Geográfico cree que no hay indicios para relacionar los terremotos con el llenado de embalses

Dice que "no tiene sentido" hablar del 'fracking' como posible causante

El experto del Instituto Geográfico Nacional Emilio Carreño ha subrayado este jueves que no hay suficientes indicios para relacionar el llenado del embalse del Giribaile en el Guadalquivir con los miles de movimientos sísmicos registrados en los últimos meses y, de la misma forma, ha desvinculado que entre sus causas pudiera estar la extracción de gas mediante fractura hidráulica, técnica conocida como 'fracking'.

En declaraciones a Europa Press, Carreño ha subrayado que no se puede afirmar "rotundamente" que el llenado de un embalse pudiera o no originar los terremotos pero ha incidido en que hay "bastantes indicios de que esto no es así" ya que otros años, en épocas de llenado no se han registrado tantos movimientos. "Sin descartar nada, parece poco creíble y no parece que sea esa la causa", ha añadido.

Asimismo, después de que una plataforma ciudadana contra el 'fracking' haya presentado una denuncia ante los tribunales para que se investigue si esta técnica es la causante de los seísmos, el experto ha dicho que hasta donde el Instituto conoce no ha habido ninguna extracción sino únicamente trabajos de investigación de hidrocarburos en dos zonas de Torreperogil, en virtud del permiso que la empresa Oil & Gas Capital, S.L. recibió de la Junta de Andalucía en el mes de mayo.

Al respecto, el experto ha recordado que las investigaciones tardan años en realizarse y que "no tiene mucho sentido" hablar de que ya se esté haciendo 'fracking' allí porque "no tiene nada que ver".

"sin evidencias" de un gran terremoto

Por otro lado, Carreño también ha incidido en que no hay "ninguna evidencia" de una "actividad anómala" que pueda hacer pensar en la llegada de un gran terremoto. Al respecto, ha apuntado que tras el terremoto de Lorca, los ciudadanos están "impactados, más atentos y susceptibles" a los grandes movimientos sísmicos pero ha indicado que la instrumentación que hay para la vigilancia del los terremotos es mucho mayor en calidad y cantidad que hace veinte años, por lo que se registran muchos que entonces pasarían desapercibidos.

Así las cosas, ha previsto que, a la vista de que en toda la Península Ibérica se registran unos 6.500 movimientos al año, de los cuales unos 20 al mes suelen ser percibidos por los ciudadanos, la estadística demostrará este periodo no variará mucho en actividad sísmica con respecto a otros precedentes.

A su juicio, lo que ocurre es que "más que un exceso de actividad, un exceso de información" a través de los medios de comunicación y de las redes sociales en las que los ciudadanos cuentan lo que sucede y que lleva a pensar que hay "más actividad de la real".

Por último, el científico del IGN ha señalado que las cuatro estaciones de medición sísmica instaladas, unidas a sendas de la Universidad de Granada y de la de Jaén, hacen que la zona esté, "desde el punto de vista instrumental, muy controlada". Además, esas unidades han permitido a los expertos conocer que los movimientos no tienen una "dirección predominante" sino que son dispersos.

Eso significa, según ha detallado Carreño, que el recientemente producido en el límite entre las provincias de Granada y Jaén "no tiene nada que ver" con otros previos en el entorno de Torreperogil y Sabiote. "Tendemos a relacionarlos porque socialmente estamos un poco impactados por lo que ocurre en Torreperogil pero son estructuras distintas y hechos independientes", ha concluido.

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