Las calefacciones de fuel gastan y contaminan mucho

Las viviendas con calderas centrales se conectan en noviembre y generan la misma contaminación que 150.000 viajes en avión ida y vuelta a Costa Rica.
Aunque estos días ya ha refrescado, noviembre no siempre es sinónimo de frío. Sin embargo, la mayoría de las viviendas con calefacción central de fuel (unas 50.000 en Zaragoza) encienden sus calderas durante la primera semana de este mes.

En un edificio con 60 vecinos, el gasto medio de estas calefacciones es de 10.000 litros de gasoil al mes, lo que supone la emisión de 26,6 toneladas de CO2 o, si lo multiplicamos por el número total de calefacciones centrales de la ciudad, 1,3 millones de toneladas. Esta cifra equivaldría a las emisiones de dióxido de carbono que generan 150.000 viajes de ida y vuelta a Costa Rica en avión, según indican los expertos.

Las calefacciones centrales suelen estar encendidas entre 10 y 12 horas al día, aunque no haya nadie en casa, por lo que son las que más contaminan.

En algunos casos, cuentan con termostatos individuales, por lo que cada uno controla los grados de su vivienda, pero hay quien lo tiene a una temperatura muy elevada durante todo el día. «Es el problema de que el pago se reparta para todos por igual. Si tuvieran contadores individuales, no lo harían», explica Aurelio García, director de Innovación de Ecología y Desarrollo. En algunas viviendas ya se está aplicando esta medida, pero casi todos los vecinos siguen con el contador general.

Las emisiones de CO2 que producen los sistemas de calefacción son casi el doble de las que salen del tráfico, según los últimos datos del Ayuntamiento, y alrededor del 90% del azufre del aire proviene de las calderas. El CO2 es el principal responsable del efecto invernadero y provoca enfermedades respiratorias y circulatorias, mientras que el azufre es el responsable de la lluvia ácida y perjudica a muchos materiales de la construcción.

Biomasa: calienta y no contamina

Las nuevas construcciones ya incluyen elementos que permitirán un ahorro energético de alrededor del 80%, según se explicó el viernes en las Jornadas de Bioconstrucción y Eficiencia Energética que se desarrollaron en Zaragoza. Las placas solares, los calefactores que funcionan con biomasa (con cáscara de almendra, por ejemplo) o la iluminación de bajo coste ya se usan en la construcción y contribuyen a reducir el impacto medioambiental y las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.

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