Los centros para dejar las drogas ya atienden a jóvenes de 13 años

Empiezan con el alcohol y los porros. Las chicas van menos a rehabilitarse, aunque consumen casi en la misma medida.
La edad de los jóvenes que ingresan en centros de atención por drogas es cada vez más baja. La media de los chicos atendidos en el Centro de Solidaridad y en el Centro Municipal de Atención y Prevención de Adicciones del Ayuntamiento ronda los 16 años, pero ya han atendido a niños de 13 y 14 años.

«Todos los fines de semana llegan jóvenes ebrios y en los análisis detectamos otro tipo de drogas», explica Ana Ferrer, jefa de Toxicología del Clínico. Suelen ser los padres los que, alarmados por la actitud de sus hijos, los envían a los centros de terapia. «Descuidan los estudios, gastan más dinero, son más violentos...», señalan en el Centro de Solidaridad.

Sin embargo, las chicas son más hábiles para disimularlo. «Los chicos siempre han consumido más drogas, pero ahora los niveles se están acercando, aunque a los centros siguen acudiendo más chicos porque exteriorizan el cambio de forma más clara y los padres lo detectan».

El consumo de alcohol y cannabis suele ir unido. El speed y el éxtasis son las drogas de diseño más consumidas y, de ahí, se pasa a la cocaína, aunque normalmente este tipo de adictos tarda más en ir a los centros. «Los más jóvenes vienen por problemas con el speed. Hasta que no superan los 30 no se dan cuenta de que quieren dejar la cocaína», señalan en la Unidad de Asistencia de Drogodependencia del Servicio Provincial, que atiende a mayores de edad.

El consumo de drogas en edades tan tempranas es muy peligroso. «Puede derivar en problemas psicológicos y de desarraigo», explica Jesús de Echave, jefe de sección de drogodependencia del servicio municipal.

Paso rápido a la cocaína

Cambiar las pastillas por la cocaína es cada vez más habitual. «Utilizan las anfetaminas para experimentar con las drogas, pero enseguida pasan a la cocaína porque creen que es menos perjudicial», explican en el Centro de Solidaridad. Cuando consumen muchas pastillas, la diferencia económica con la cocaína no es muy grande y prefieren gastarse el dinero en una droga que consideran «más segura». Así, según las últimas encuestas realizadas a jóvenes de 14 a 18 años, el 5% había probado el éxtasis y más del 9% había tomado cocaína. «Se fían más de la coca y la consideran una droga de éxito, de la gente que se mueve en ambientes de nivel alto», señalan los trabajadores del centro.

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