Factoría Thyssenkrupp: 50 años de historia y sólo uno de futuro

  • Los planes de cierre de la factoría de Thyssenkrupp amenazan con dejar en la calle a 357 trabajadores.
Algunos de los trabajadores a la puerta de la factoría (Jorge París)
Algunos de los trabajadores a la puerta de la factoría (Jorge París)
Jorge París
Algunos de los trabajadores a la puerta de la factoría (Jorge París)
Hipotecas, hijos o bodas. Todas las claves del futuro de los 357 trabajadores de la fábrica de Thyssenkrupp están en el aire desde que el
4 de octubre la empresa, de propiedad alemana, anunció su intención de cerrar la planta por "las desfavorables condiciones del mercado".

El comité de empresa, que apenas tiene esperanzas en la negociación recién abierta, denuncia que esa decisión infringe un acuerdo previo.

La empresa podría trasladarse a otro terreno en Villaverde y hacer caja con el suelo de la planta del barrio de San Fermín, rodeada por viviendas y sometida a la presión inmobiliaria.

Desde aquel día, los obreros de esta factoría de elementos de automoción luchan por evitar el final de una historia que suma ya 50 años.

Mientras, con un horizonte productivo que la compañía no alarga más allá de 12 meses, no quieren ni pensar en el futuro que se les plantea si pierden el trabajo.

"No sé hacer otra cosa"

Es el caso de Isidro Navarro, operario de 54 años, que lleva más de media vida, desde 1977, viniendo cada mañana a la planta. Está casado, tiene dos hijas a punto de volar del nido y, si se queda en paro "no tendría perspectivas de trabajo", dice. "No sé hacer otra cosa. Tendría que buscar la manera de subsistir», afirma.

Tienen un sueldo medio de 1.400 euros y la mayoría de la plantilla apenas cuenta con formación, más allá de su tarea en la factoría.

Antonio Rodríguez, de 25 años, lleva ya seis en Thyssenkrupp. Acaba de firmar una hipoteca de 40 años para pagar una casa en Casar de Escalona (Toledo), a 90 kilómetros de Madrid.

Teme que la situación lo obligue a vender. Y de casarse con su novia, ya no se atreve ni a hablar.

Lo que ha pospuesto Alfonso Sánchez, de 33, ha sido ampliar la familia. "Quería tener otro hijo, el segundo, y esto lo ha paralizado", confiesa, desesperanzado.

Menos industria y más ladrillo

El tejido industrial madrileño es cada vez más fino. La desaparición del sector secundario en la región es especialmente sensible en la zona sur, en la capital (distritos como Villaverde o Usera) y en el área metropolitana (Getafe). Entre las factorías cerradas en los últimos meses destacan nombres como Microser, Cedasa, Ibemei o Stock-contact.

Una de las últimas en engrosar esa lista es La Veneciana, en Villaverde. Otras, como Panrico, llevan meses en la cuerda floja. En los últimos cinco años, mientras la industria ha crecido entre un 1% y un 1,5% anual, la construcción lo hacía alrededor del 6% y los servicios, en torno al 3,5%, según CC OO. Las fábricas madrileñas han perdido 10.000 trabajadores (de 269.500, en 2001, a 258.500, en 2006) y el ladrillo ha pasado de 189.600 a 270.000 obreros.

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