Albert Plá, le saca punta al ‘ladrillazo’

El compositor catalán presenta ‘El malo de la película’, una reflexión musical y teatral sobre el urbanismo exagerado.
El artista Albert Plá, en una de sus actuaciones, vestido con una túnica de esparto.
El artista Albert Plá, en una de sus actuaciones, vestido con una túnica de esparto.
El artista Albert Plá, en una de sus actuaciones, vestido con una túnica de esparto.
Los de Murcia no se venden, deben estar frotándose las manos. El tema elegido por Albert Plá para su pieza musical y teatral no podía ser más oportuno.No en vano, el urbanismo que olvida lo humano está de moda informativa (no hay día que no ocupe los titulares de la mayoría de medios) y el espectáculo de Plá aprovecha el tirón.

Acompañado de la actriz y cantante Judit Farrés, vuelve a los escenarios con su espectáculo audiovisual, dramático y humorístico en torno a las recalificaciones urbanísticas y nos propone una reflexión. Vivimos en ciudades que deberían estar construidas para nosotros y no para el dinero.

La historia, acompañada con buena música, narra las conversaciones de un abogado de una corporación multinacional inmobiliaria, interpretado por el propio Plá, con los vecinos y propietarios de una idílica zona rural que va a ser urbanizada y convertida en polígono industrial.

La trama de la historia se desarrolla durante el virtual viaje del letrado en su coche. Su reflexión, la idea que Plá nos quiere hacer ver, es que si los grandes constructores pudieran hablar con la gente que va a perder su casa, las cosas serían distintas. En su diálogo interior, el abogado habla hasta con los árboles, animales e insectos «que van a ser asfaltados y urbanizados».

* Hoy, en el Auditorio de Ceutí. A partir de las 21.30 horas. Entradas a 12 euros.

Controvertido y genial

Albert Plá nació en Sabadell en 1966 y desde entonces lleva dando guerra en todos los sentidos. Se dio a conocer en octubre de 1988, en la IV Muestra de Canción de Autor de Jaén, y un año después editó su primer LP, que se llamaba Ho sento molt. Sus letras reivindicativas y protestonas le han hecho famoso en los círculos artísticos próximos a la izquierda y le han consagrado como un artista-activista.

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