La camarera María del Carmen Marcos Guerra, de 36 años, se convirtió durante media hora en una improvisada comadrona en un parto repentino que se desarrolló en plena comida empresarial de Navidad, en una pequeña sala de la cafetería del Parque Tecnológico de Galicia (PTG), entre el nerviosismo de los presentes.

Marcos ha explicado a Europa Press la que para ella fue "una experiencia única" y la mejor de su vida, pues el resultado fue perfecto y, tras la llegada de la ambulancia del 061, el comentario general fue que el parto era complicado, pues la niña se presentó "de nalgas".

Las contracciones de la parturienta, María Dolores T., se presentaron rápidamente tras "romper aguas", según el relato de su comadrona improvisada, que comenzó ayudando a la madre a respirar de forma controlada y acabó por extraer la cabeza de la recién nacida con sus propias manos.

María del Carmen narró lo ocurrido y explicó que la mujer embarazada empezó por encontrarse mal al sentarse a la mesa, pero tras el primer plato ya se levantó y alguien llamó al 061, donde respondió un médico que dio las primeras instrucciones tras detectar que los comensales y la joven camarera estaban a punto de asistir a un parto repentino.

De nalgas

"La niña estaba de nalgas y por eso la madre tenía una cesárea programada para el día 7 de enero pero tuvo que ser hoy, justo en la víspera del cumpleaños de uno de mis hijos", agregó Marcos. La joven camarera lleva tres años en su puesto de trabajo en la cafetería del PTG y tiene dos hijos de 15 y 14 años, a los que parió de forma natural.

"Quizá por eso tuve la sangre fría que hacía falta cuando esta mujer se puso de parto, y recordé todo eso que nos dicen cuando estamos en la misma situación, como lo de inspirar por la nariz y expulsar el aire con calma por la boca, pero en este caso las contracciones venían demasiado seguidas y había que actuar", ha señalado

La salida de las nalgas de la niña fue rápida en una contración, según la "comadrona", y le siguió el resto del cuerpo, pero la cabeza tardaba en salir así que María del Carmen decidió introducir sus manos y sujetarla para sacarla al exterior.

Cuando ya tenía un mantel preparado para envolver a la criatura y colocarla sobre la madre, llegó el equipo del 061 que recogió a madre e hija y las llevó al Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUOU).

"Nadie volvió a comer y muchos se quedaron para saber el final así que no se fueron hasta que avisaron de que las dos estaban bien y que la niña pesó 2,5 kilos", añadió la coprotagonista de la escena, entre sollozos.

Tras la noticia, según su relato, compañeras de trabajo, jefe y comensales le dedicaron un largo aplauso y María del Carmen llamó a su marido para contárselo. "No se lo podía creer y ya estoy pensando en cómo contárselo a mis hijos", concluyó.