Francia quiere renegociar su convenio fiscal con Bélgica tras la polémica del 'caso Depardieu'

  • Según el ministro francés de Trabajo, el objetivo de François Hollande es revisar los acuerdos con otros países para evitar la evasión fiscal.
  • La polémica surgió a raíz de que Gérard Depardieu estableció su residencia en un pueblo belga junto a la frontera.
  • El actor galo no quiere dar las razones del cambio de residencia.
  • Ha dicho en una carta publicada en 'Le journal du Dimanche' que quiere renunciar a su pasaporte francés.
El actor francés Gerard Depardieu saluda al público durante la 63ª edición del Festival de Cannes.
El actor francés Gerard Depardieu saluda al público durante la 63ª edición del Festival de Cannes.
Guillaume Horcajuelo / EFE
El actor francés Gerard Depardieu saluda al público durante la 63ª edición del Festival de Cannes.

El ministro francés de Trabajo, Michel Sapin, reiteró este domingo la voluntad de su Gobierno de renegociar el convenio fiscal con Bélgica tras la polémica generada por el actor francés Gérard Depardieu, que ha establecido su residencia en un pueblo belga junto a la frontera para pagar menos impuestos.

"Renegociaremos nuestro convenio fiscal con Bélgica", afirmó Sapin, en una entrevista radiotelevisada a Europe 1 e iTélé, después de haber recordado que ese es un objetivo marcado por el presidente francés, François Hollande, que también quiere revisar los acuerdos con otros países para evitar la evasión fiscal.

En términos más generales, y refiriéndose a la Unión Europea, el ministro insistió en que "no se puede pertenecer a un mismo entorno económico, a un mismo entorno social, a un mismo entorno político, sin que haya un mínimo de armonización fiscal".

Respecto al anuncio de Depardieu de que renuncia a su pasaporte francés y a su tarjeta de la Seguridad Social en protesta por las críticas que ha recibido por trasladar su residencia a Bélgica, lo atribuyó al carácter del actor.

"Es un hombre de extravagancias y de exageración. Y está en un momento de extravagancia y de exageración", comentó, después de dudar de que alguien como él, procedente de la región de Berry, en el centro de Francia, vaya a terminar su vida en Néchin, el pueblo belga donde se ha comprado una casa para empadronarse.

Preguntado por el carácter sintomático de su decisión de irse de Francia como han hecho igualmente por motivos fiscales algunos empresarios y millonarios, el titular de Trabajo quitó importancia al caso particular de Depardieu, que "no cambia el rostro de Francia, ni de la economía francesa".

En cualquier caso, subrayó que "es normal que los que ganan mucho dinero paguen muchos impuestos" e indicó que esta polémica "prueba" que el Gobierno está "llevando a cabo una política de justicia fiscal".

Sapin justificó, no obstante, que el Ejecutivo no publique los nombres de los franceses que han recurrido al exilio fiscal para evitar el pago de impuestos por la obligación que la Administración tiene de mantener la confidencialidad en las relaciones con los contribuyentes.

Dépardieu renuncia a su pasaporte

Mientras tanto, el actor francés se muestra indignado por la virulencia de las críticas recibidas después de que se supiera que traslada su residencia a Bélgica por razones fiscales y, además de insistir en que siempre ha pagado sus impuestos, dice que renuncia a su pasaporte.

En una carta abierta publicada este domingopor Le Journal du Dimanche dirigida al primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, que esta semana le criticó en términos muy duros, Depardieu señala que le entrega su pasaporte y su tarjeta de la Seguridad Social que "nunca ha utilizado".

"Ya no tenemos la misma patria, soy un verdadero europeo, un ciudadano del mundo como me lo inculcó siempre mi padre", replica al jefe del Gobierno quien es, a sus 64 años y tras 42 de carrera con más de 170 películas, una de las mayores glorias vivas del cine francés.

Se manifiesta particularmente molesto con el término "despreciable" que utilizó el pasado miércoles Ayrault en una entrevista en televisión —unas horas más tarde se desdijo— para calificar la decisión de Depardieu de fijar su residencia en el pueblo belga de Néchin, junto a la frontera francesa, donde se ha comprado una casa.

"¿Quién es usted para juzgarme así?", le replica después recordar que empezó a trabajar a los 14 años en una imprenta, luego como mozo de almacén, después como artista, y que siempre ha pagado sus impuestos.

Depardieu, que no quiere dar las razones precisas de su cambio de residencia —se limita a señalar que "son numerosas e íntimas"—, recuerda que personas más ilustres que él "se han expatriado o se han ido" del país sin que haya habido la misma saña contra ellos.

Afirma que "desgraciadamente" ya no tiene nada más que hacer en Francia y que, aunque seguirá amando a los franceses, se va porque, dice, "ustedes consideran que el éxito, la creación, el talento, y en realidad la diferencia, tienen que sancionarse". Una probable alusión a la política del actual Gobierno socialista, que ha planeado un aumento de los impuestos en particular para los más ricos.

"Es un hombre de extravagancias y de exageración"

El anuncio de Depardieu de que renuncia a su pasaporte francés y a su tarjeta de la Seguridad Social en protesta por las críticas que ha recibido por trasladar su residencia a Bélgica, lo atribuyó al carácter del actor.

"Es un hombre de extravagancias y de exageración. Y está en un momento de extravagancia y de exageración", comentó, después de dudar de que alguien como él, procedente de la región de Berry, en el centro de Francia, vaya a terminar su vida en Néchin, el pueblo belga donde se ha comprado una casa para empadronarse.

El actual presidente, François Hollande, en la campaña para su elección la pasada primavera —durante la que Depardieu había apoyado públicamente a su rival, el conservador Nicolas Sarkozy— incluso anunció que crearía un impuesto del 75% para los que ganan más de un millón de euros, algo hasta ahora pospuesto.

El actor aprovecha en su carta para descalificar a la prensa que, con motivo de su exilio fiscal, ha hecho alusiones a ciertos aspectos nada favorecedores de su figura o de su biografía. "Yo no cargo contra los que tienen colesterol, hipertensión, diabetes o demasiado alcohol, o contra los que se duermen cuando van en moto: soy uno de ellos, como tanto les gusta repetirlo a sus queridos medios de comunicación", comenta con ironía, antes de apostillar que él no ha "matado nunca a nadie", ni desmerece como empresario que da trabajo a 80 personas.

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