Un hombre, que tiene diagnosticada esquizofrenia paranoide, ha aceptado cumplir siete años y medio de internamiento en un psiquiátrico por intentar matar a su hijo de siete años, y a su sobrino de 11 meses, en la vivienda de su suegra, ubicada en la localidad valenciana de Mislata, en diciembre de 2011.

Inicialmente, el ministerio fiscal pedía para este hombre, que en el momento de los hechos tenía 24 años, la pena de seis años de prisión por dos delitos de asesinato en grado de tentativa, con la circunstancia agravante mixta de parentesco y la eximente incompleta de alteración psíquica. Asimismo, solicitaba que se le impusiera una prohibición de aproximarse o comunicarse con su hijo durante el periodo de siete años.

No obstante, finalmente se ha llegado a un acuerdo con la defensa del acusado por el que éste cumplirá un máximo de siete años y medio de internamiento en un centro psiquiátrico, plazo que variará dependiendo su evolución y conforme a lo estipulado en la ley. Asimismo, se le impondrá un alejamiento de cinco años para su sobrino y, respecto a su hijo, será un médico el que indique cuándo puede comunicarse o visitarlo.

El hombre, cuando se le ha concedido la palabra durante la vista, que ha tenido lugar este jueves en la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia, ha pedido perdón "a Dios, a la sociedad y a la familia" porque "no era yo", ha dicho, y ha agregado: "en ese momento no tenía control de mis actos".

El fin del mundo

El procesado, de nacionalidad colombiana, tres semanas previas al incidente, que tuvo lugar el 19 de diciembre de 2011, empezó a escuchar voces que decían que el fin del mundo estaba cerca. Tenía sus facultades mermadas por una esquizofrenia tipo paranoide.

El día de los hechos, el hombre se encontraba durmiendo en la vivienda de su suegra, ubicada en la calle Literato Azorín de la localidad de Mislata. Sobre las 5.00 horas se despertó y se dirigió al baño, donde se autolesionó con una cuchilla de afeitar y se intentó quitar el tatuaje. También dibujó una cruz de sangre en el espejo.

Alrededor de las 8.00 horas, se dirigió a la habitación donde dormía su suegra, las hijas de ésta y su propio hijo, de siete años, al que le dijo: "perdóname Dios por lo que voy a hacer, perdóname", y seguidamente, mientras el menor seguía durmiendo, le hizo un corte en el cuello con una cuchilla de afeitar para quitarle la vida. La lesión tan solo requirió una primera asistencia facultativa, sin tratamiento médico ni quirúrgico.

Acto seguido, el hombre, con la misma intención, se presentó en la habitación en la que estaban durmiendo sus cuñados y su sobrino, de 11 años, al que también le dijo: "deja que le de un beso a mi Guille, que me tengo que ir a trabajar, corre, corre que tengo prisa". Luego le cortó el cuello y le ocasionó varias lesiones, que tuvo que tratarse.