La suya es una más de las miles de historias que circulan como la pólvora por la Red con ciudadanos anónimos como protagonistas. El paquistaní Muhammad Shahid Nazir es un humilde pescadero ambulante con una peculiar manera de vender el género. Cuando su jefe le pidió que gritara para captar la atención de los clientes, le contestó que no le gustaba gritar, por lo que lo haría de otra manera: a ritmo de rap.

Su estilo no pasó desapercibido entre los clientes habituales del mercado, que comenzaron a grabarle con sus teléfonos móviles y a colgar sus vídeos en Youtube.

En pocos días, sus vídeos tenían millones de visitas, lo que llevó a la multinacional Warner Music a ofrecerle un contrato discográfico. "Los ejecutivos de Warner consideran que podría ser tan grande como el de Gangnam Style", apunta el diario británico The Sun. Shahid llegó incluso a participar incluso en el cásting del conocido concurso Factor X, donde su actuación levantó sonoros aplausos.

Muhammad, que llegó hace tan solo un año a la capital británica, está tan sorprendido como encantado por el éxito de su canción, cuyo estribillo reza "Vamos chicas, vamos señoras, echen un vistazo, pescado a una libra".