Medio Ambiente presenta un plan de sequía que establece cuatro niveles de alerta con protocolos para minimizar efectos

Busca una gestión eficaz en periodos de escasas precipitaciones dada la dependencia de Galicia de las lluvias para mantener recursos hídricos

El conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, Agustín Hernández, ha presentado este viernes el Plan de Seca para la demarcación Galicia-Costa en el que se establecen cuatro niveles de alerta con diferentes protocolos de actuación en periodos de escasas precipitaciones.

Esta plan de gestión de situaciones de sequía —este viernes se publica en el DOG su inicio de fase de información pública— se elabora en base al Plan Hidrolóxico Galicia-Costa, aprobado el pasado mes de octubre, para minimizar los efectos negativos en: la situación ecológica de los ríos, el abastecimiento urbano y la disponibilidad de agua para actividades económicas.

De esta forma, Hernández ha valorado este documento en el que se determina, entre otras cuestiones, el estado hidrológico gallego, los organismos responsables para tomar medidas y las diversas actuaciones en periodos de escasas o nulas precipitaciones, si bien no fija la ejecución de infraestructuras, ya que esta cuestión depende del Plan Auga.

Por su parte, el presidente de Augas de Galicia, Francisco Menéndez, ha explicado que con estas medidas se busca una gestión eficaz para "situaciones extraordinarias", de manera que una vez incorporadas las diferentes alegaciones prevé aprobarse a finales del primer semestre de 2013.

Niveles alertas

El estado de normalidad es el primero de los niveles que establece el plan de sequía basado principalmente en un seguimiento cotidiano de los indicadores hídrico, concienciación ciudadana y aplicación de las medidas del Plan Hidrolóxico y Plan Auga.

Por su parte, el estado de prealerta se activa cuando los indicadores desciende significativamente por debajo de valores medios históricos, a la vez que se pone en marcha una plataforma para intercambio de información entre ayuntamientos, explotadores de presas, Protección Civil y MeteoGalicia. Así, se marca el control de los usos, la reducción de pérdidas de la red y la aplicación de ordenanzas municipales.

El siguiente paso es el nivel de alerta, que da lugar a una limitación de usos a nivel de ayuntamientos como puedan ser piscinas o riego de jardines, cortes horarios, ajuste de caudales de salida de las presas y caudales ecológicos —uno de los puntos que ecologistas critican por su indefinición—, así como el empleo de reservas de agua estratégicas. A esto se suma la aplicación de procedimientos administrativos de urgencia.

Finalmente, en el nivel de alerta máximo, el estado de emergencia, tiene lugar en casos excepcionales y en él Protección Civil toma el mando frente a los anteriores situaciones lideradas por Augas de Galicia. Así, habrá restricciones en los usos menos prioritarios, planes de reducción contundentes para disminuir pérdidas de agua, evacuaciones de reservas de peces, así como captar agua para problemas de ganadería.

Entre las medidas a tener en cuenta en el nivel de emergencia, en los ayuntamientos se establecen tarifas de forma que se penalice a los consumos excesivos —sin modificar la prioridad de uso del Plan Hidrolóxico y Plan de Augas— , por lo que antes se limita el consumo industrial que urbano.

Dependencia de las lluvias

Tras remarcar que "se llevan varios meses con comportamientos hidrológicos que se pueden considerar normales", Hernández ha llamado la atención sobre la dependencia de Galicia de las lluvias para el mantenimiento de los recursos hídricos, al tiempo que ha recordado que en el siglo XXI se registraron los cuatro años más secos de los últimos 50 años.

Dado que la Comunidad gallega no cuenta con grandes acuíferos que actúen como reservas naturales, el caudal de los ríos y los flujos superficiales de aguas son muy sensibles a las variaciones de lluvia y vulnerables en situaciones de sequía extrema. De hecho, el recurso regulado en España es de casi el 48 por ciento, mientras que en Galicia-Costa es de tan solo un 6 por ciento.

En todo caso, Francisco Menéndez ha señalado que la demanda de los distintos usos del agua es de un 3,5 por ciento de los recursos disponibles, por los que el suministro está garantizado salvo en casos "extraordinarios".

Según las cifras aportadas por la Xunta, esta situación afecta de forma directa a un 27 por ciento de la población que, en la actualidad, se autoabastece a través de pozos o traídas.

Datos de la demarcación

La demarcación Galicia-Costa abarca el 44 por ciento de la superficie de Galicia y acoge a tres de cada cuatro habitantes en la Comunidad. En concreto, 180.000 empleos del sector industrial y agroganadero —que suponen 6.000 millones de euros de actividad económica y el 85 por ciento de la demanda de agua dulce— dependen de un adecuado suministro.

En la actualidad los recursos hídricos existentes en la demarcación de Galicia-Costa ascienden a 11.532 hectómetro cúbicos por año, regulados a a través de grandes presas que suman 678 hectómetros cúbicos.

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