Cuando no son nuestras las vemos con buenos ojos. Las buhardillas son estancias con encanto; algunos las ven como el lugar más bucólico de la casa. Pero otra cosa es vivirlas día a día, dotarlas de sentido y utilidad. No siempre es fácil.

Tanto es así que muchas familias se rinden y acaban convirtiendo la buhardilla en un trastero. Es una opción, pero hay muchas otras. Se trata de elegir según nuestras necesidades y actuar (decorar) en consecuencia.

Como explica Mapfre Hogar, lo primero que debemos tener en cuenta para decidir qué hacer es conocer bien el espacio, la luz y la ventilación con la que contamos para saber cuál es el uso perfecto para nuestra buhardilla.

Un dormitorio

Si tenemos luz y ventilación suficientes, lo mejor puede ser convertirla en dormitorio. El resultado será una habitación amplia y acogedora. Podemos colocar la cama en la zona más baja, ya que el tiempo que estemos ahí, estaremos sentados o tumbados.

Zona de trabajo

La buhardilla puede ser un espacio perfecto y más aislado para trabajar, estudiar o para alguna actividad creativa. La buhardilla aporta una atmósfera artística que no encontraremos en otra parte de la casa. De nuevo la zona más baja la usaremos para esa actividad en la que no estaremos de pie, en este caso para el escritorio

Sala de estar

En la buhardilla podemos crear una salita en la que poder leer o charlar con amigos. Seguro que dadas sus condiciones será un espacio más acogedor y cálido. Para ello deberemos decorarla con encanto y originalidad, asumiendo algún riesgo mayor que al decorar el salón de la casa.

En este caso, en la parte baja podemos crear una enorme librería que recorra toda la habitación, o un gran cajonero alrededor de la estancia donde guardar todo lo que necesitemos. El sofá o zona de estar (tal vez en torno a una mesa o camilla) podría quedar en el medio de la habitación.

Cuarto para jugar

Si tenemos niños en casa la buhardilla puede tener una perfecta función como sala de juegos. Todo el suelo a su disposición para desplazarse, arrastrarse y saltar (en este caso deberemos tomar alguna precaución en la parte más baja).

Aunque si los niños de la casa son los mayores, la buhardilla también puede alojar un billar, un futbolín o un rincón para juegos de mesa.

Sea la función que sea, en las buhardillas hay que aprovechar muy bien los espacios. De hecho, puede cumplir como sala de estar o de juegos y sin embargo también almacenar cantidad de enseres y libros si aprovechamos cada hueco y esquina.

Para ello hay que saber aprovechar al máximo la especial forma de sus paredes. Por ejemplo, aprovechando toda la parte baja de la pared con cajoneras o librerías. Otra opción es colocar estanterías adaptas a la geometría de la buhardilla.