No hay como entrar a la nueva perrera municipal sin embarrarse, por eso no está abierta. Ésta es la explicación que dio ayer el concejal de Medio Ambiente, José Carlos Muñoz, al restraso que acumula esta instalación, que debía estar abierta desde marzo.Además, ha pasado la patata calienta a Urbanismo porque no ha hecho todavía los accesos, como se comprometió. Asimismo, todavía va a tardar cinco meses más en estar terminada la calle, porque se contrató el mes pasado con un plazo de ejecución de medio año.
Así, los 30 animales que habitualmente están en las obsoletas instalaciones tendrán que pasar allí el invierno en lugar de en el nuevo edificio, que está casi al lado.
En la nueva perrera, los canes estarán más cómodos porque caben el doble y sus ‘habitaciones’ son más grandes, 12 metros cuadrados.
El nuevo depósito canino tendrá 48 departamentos vallados para los perros en los que pueden habitar hasta tres animales en cada uno.
El centro tiene un horno crematorio que servirá para la eliminación higiénica de cadáveres de animales que sean sacrificados.
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