Entre hoy y mañana, el hospital San Rafael de Granada recibirá la petición formal de Inmaculada Echeverría, la mujer de 51 años que la semana pasada pidió públicamente la eutanasia, de ser desconectada del respirador que la mantiene con vida desde hace nueve años.

El documento ha sido elaborado por los miembros de la Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) tras un encuentro entre ambos que tuvo lugar ayer mismo en Granada. Si el comité de bioética del hospital –concertado y de confesionalidad religiosa– se niega a cumplir la voluntad de Inmaculada, solicitarán un traslado a otro centro de la red pública andaluza.

Así lo anunció el presidente de la DMD, Fernando Marín, tras reunirse con Inmaculada y confirmar su estado de «dependencia grave a causa de la enfermedad irreversible que padece».

Por otro lado, el letrado de la mujer, Ignacio Fernández, presentó ayer mismo ante la Consejería de Salud una solicitud para que un funcionario de la Junta le recoja el testamento vital a su clienta.

En principio, el letrado prefirió esperar a que el hospital San Rafael realizara esta gestión motu proprio, dado que ya conocía su deseo de no seguir viviendo. Pero no ha sido así.