El hombre acusado de entrar de madrugada y sin permiso en la casa de un vecino, donde según los denunciantes fue descubierto en ropa interior en la habitación de la hija de 14 años, ha negado los hechos y ha explicado que sólo se subió en un muro que separa ambas viviendas tras escuchar un ruido.

Un jurado popular juzga desde este lunes a este hombre, acusado por Fiscalía y la acusación particular, en representación de los vecinos y denunciantes, de un delito de allanamiento de morada y una falta de lesiones por supuestamente golpear al padre, solicitando una pena de 18 meses de prisión.

Los hechos sucedieron en agosto de 2010. Según las conclusiones provisionales de las acusaciones, el hombre "de forma intencionada y sin causa justificada" entró de madrugada en un domicilio de sus vecinos y se dirigió a la habitación de la hija menor, que estaba dormida, donde, señalan fue sorprendido por el padre "en calzoncillos".

El acusado ha indicado en su declaración que estaba durmiendo con su pareja, escuchó un golpe y salió para ver qué pasaba, subiéndose en un muro que separa su vivienda de la del vecino, quien encendió una luz, salió y comenzó a increparle, además de que le cogió por los pies y le tiró unas tejas.

Ha negado que fuera en calzoncillos, sino que llevaba un pantalón corto de algodón color gris, y ha insistido en que "en ningún momento" entró en la vivienda del vecino ni en la habitación de la hija menor, reiterando que no pasó del muro. Además, ha rechazado que tocara o forcejeara con el cabeza de familia, indicando que fue él el que "me agredió a mí".

A preguntas de su defensa, ha explicado que siempre ha trabajado en temas de seguridad y que este aspecto es "una obsesión" para él, por lo que ha admitido que instaló una cámara "disuasoria, de mentira" en el descansillo, la cual tuvo que quitar al pedírselo el administrador de la vivienda, porque el vecino había protestado. Ha dicho que no tenía problemas con el denunciante, pero que le miraba con "cara desafiante".

Las acusaciones consideran que a consecuencia de estos hechos la familia sufrió "el consiguiente temor" e "intranquilidad", por lo que, además de la pena de prisión, solicita que el acusado indemnice a la familia en la cantidad de 7.000 euros por los perjuicios causados.