El grupo de IU en el Ayuntamiento de Málaga instará al equipo de gobierno del PP a que "dé alguna utilidad" a los opinómetros que situó en distintos puntos de la capital. En caso de que "no sea capaz de hacerlo", la coalición propondrá la venta de estos aparatos para recuperar parte de la inversión.

La concejala de Izquierda Unida Antonia Morillas presentará una moción en este sentido en la próxima Comisión de Pleno de Derechos Sociales, en la que propondrá, igualmente, poner un equipo propio de científicos sociales que diseñen los cuestionarios o, ante la situación económica actual, firmar un convenio de colaboración con algún ente público de investigación, como puede ser la Universidad de Málaga (UMA).

Morillas ha incidido en que los opinómetros "no sirven de nada si no hay un equipo de científicos sociales que les dé una utilidad". Por ello, ha considerado que "algo deberíamos hacer" con estos aparatos, sobre todo después de que el alcalde, Francisco de la Torre, dijera públicamente que no ofrecen resultados fiables.

"Realizar estudios sociales no puede limitarse a poner una máquina que recoja datos, sino que se deben diseñar las encuestas, elegir métodos, analizar los datos, etcétera", ha manifestado a Europa Press la edil de la coalición de izquierdas.

El Ayuntamiento de Málaga destinó unos 200.000 euros, a cargo del Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local, para la adquisición de 25 opinómetros con el objetivo de pulsar la opinión ciudadana sobre distintos temas.

"falta de criterio y de rigor"

Para Morillas, el uso de estos aparatos ha estado marcado por "la absoluta falta de criterio y de rigor", en tanto que "no tienen ningún filtro que evite la votación múltiple, no discrimina el número de participantes, ni grupo de edad ni ningún estrato sociológico, etcétera".

En definitiva, ha afirmado que "no se da un uso mínimamente científico en la recogida de datos", lo que evidencia, a su juicio, que "el objetivo del PP al adquirir estos aparatos no era saber qué piensan los malagueños, sino dar sensación de participación a través de unas carísimas máquinas que recogen unos datos que nadie mira".