Los efectos de la marea negra desaparecieron en "elevado porcentaje", pero faltan "estudios a largo plazo"

Un experto cree que ya se ha diluido el "99,9 por ciento" y los ecologistas advierten que todavía existen efectos
Décimo aniversario de la catástrofe del 'Prestige'
Décimo aniversario de la catástrofe del 'Prestige'
EUROPAPRESS
Décimo aniversario de la catástrofe del 'Prestige'

Los efectos de la marea negra provocada por la catástrofe marítima del 'Prestige', tras el vertido de más de 60.000 toneladas de fuel, han desaparecido "en un porcentaje muy elevado" diez años después del siniestro. Así lo ha señalado a Europa Press el director de la Estación de Bioloxía Mariña de A Graña, en Ferrol, y catedrático de Zoología Marina de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), Victoriano Urgorri.

No obstante, desde las organizaciones ecologistas se advierte de que faltan estudios "a largo plazo" para tener una "imagen global" del estado del ecosistema diez años después, según apunta, en coincidencia con otras asociaciones, la responsable de la campaña de costas de Greenpeace, Pilar Marcos.

Sobre los efectos de la marea negra, el catedrático Victoriano Urgorri señala que han desaparecido "en un 99,9%". "El fuel no deja de ser una sustancia orgánica que se degrada y no nos equivocamos cuando dijimos que en cinco años la costa estaría recuperada", indica en relación a las previsiones manejadas en su día por los científicos.

Aun así, señala que la catástrofe marítima demostró "que con poco se puede destrozar una zona muy amplia", y admite la existencia de "algún fuel" en zonas muy acantiladas. "Donde el mar no ha hecho la labor de limpieza y en alguna playa donde ha quedado enterrado", ha explicado.

El director de la Estación de Bioloxía Mariña de A Graña aclara que esto no supone "que se pueda decir que las costas están como antes del Prestige", añade en referencia a la contaminación derivada "de la no depuración integral de las rías".

ECOSISTEMAS

En la misma línea, la responsable de la campaña de costas de Greenpeace, Pilar Marcos, afirma que en la actualidad habría que evaluar qué daño ambiental "es por el Prestige; por la incapacidad de los ecosistemas a recuperarse; por la sobrepesca o por la contaminación", añade en relación al vertido y otros productos contaminantes de los propios barcos que pasan por la costa gallega.

Al hilo de ello, subraya que "lo que es innegable es que el mar todo se lo traga, pero la distribución de los componentes químicos perniciosos pasa a la cadena trófica".

Por ello, reclama la continuidad de estudios y recuerda, en relación a los datos disponibles hasta 2007 sobre las campañas oceanográficas, que se constató "lo que supuso" la catástrofe, "un decrecimiento importante de especies y de las larvas de esas especies".

Especies amenazadas

En la misma línea se pronuncia José Luis Castro, vocal de biodiversidad de la Federación Ecoloxista Galega (FEG) y que, cuando se produjo el siniestro, era coordinador de esta organización. "Algún impacto a día de hoy aún hay", señala al ser preguntado sobre si diez años después se puede hablar de que todavía persisten los efectos negativos.

En este sentido, recuerda que a especies como el cormorán moñudo, una especie amenazada, no le afectó "directamente" el vertido "pero sí tuvo repercusión sobre su alimento", mientras que otras de pescado "prácticamente desaparecieron".

Al igual que otras organizaciones ecologistas, coincide en que falta un estudio amplio, "pero el problema está en quién pone el dinero", apostilla. Además, recuerda que tampoco existía un trabajo previo sobre el estado de la costa para poder establecer una comparativa.

Efectos en la cadena trófica

Desde el movimiento 'Nunca Máis' se respalda también estos argumentos en un informe elaborado coincidiendo con el décimo aniversario. En concreto, denuncian la falta de control y seguimiento a largo plazo de los espacios ambientalmente más afectados y reclaman un plan de recuperación y repoblación de especies de valor comercial (pescado y marisco) en el litoral gallego.

La organización ecologista Adega, integrante de este movimiento, hace suyas estas demandas. Su secretario ejecutivo, Fins Eirexas, atribuye al trabajo de los voluntarios "y a la capacidad de recuperación" del medio marino "el que visualmente a los pocos meses diese la impresión de que pasara lo peor". Sin embargo, incide en los efectos en la cadena trófica del fuel. "Parte no se recuperó ni se va a recuperar", recalca.

Evitar otro siniestro

En cuanto a si podría repetirse otra catástrofe similar, todos coinciden en los "avances" en materia legislativa y de dotación de medios, pero cuestionan aspectos como la falta de un 'puerto refugio' o la capacidad de respuesta.

"No sabemos cuándo, pero es probable que pueda suceder", admite el catedrático Victoriano Urgorri, quien añade que "la cuestión no es tanto de preparación de infraestructuras, sino de decisiones rápidas".

Al respecto, este experto se muestra convencido de que "la marea negra pudo ser pequeña, de 5.000 toneladas" si el barco, en lugar de optar por alejarlo de la costa, se hubiese llevado a una ría. "Por distancia, la de Corcubión, la de A Coruña o la de Ares", cita como algunas de las opciones que, en su opinión, hubo hace diez años para minimizar los efectos del siniestro.

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