"El último signo de vida de Vanessa fue la llamada telefónica de Borja", concluye la fiscal

El móvil de Borja para el asesinato es "la venganza"

La fiscal coordinadora de Violencia de Género, Teresa Coarasa, ha concluido hoy, en la jornada final del juicio por el 'Caso Vanessa', que "el último signo de vida de Vanessa fue la llamada telefónica de Borja".

Coarasa ha sido la primera en intervenir en la sesión de hoy, la última desde que, desde el pasado 5 de noviembre, la Audiencia Provincial iniciara el juicio por el que se piden veinte años de cárcel a Borja M.M, por un delito de asesinato, después de que su ex mujer, Vanessa, apareciera muerta.

En su conclusión, de dos horas, ha considerado que el acusado, al ser militar, "tiene las técnicas para matar a vanessa sin dejar huellas" y, además, por su antecedente de muerte de un detenido, "sabe lo fácil que es matar".

Además, "ha mentido a lo largo de la causa" y el móvil es "la venganza, porque Vanessa no quería volver con él y le quiere quitar a su hija". Y es asesinato porque "la ataca por sorpresa, eliminando defensa".

Ha relatado cómo en este caso, al no haber "pruebas científicas no concluyentes" y dado que la ciencia "no dice algo", es necesario acudir "a la investigación tradicional". Las causas de la muerte, ha dicho, "hay que buscarlas fuera del informe forense".

Ha destacado que la declaración de la Policía Nacional, relatando una supuesta "declaración espontánea" del acusado confesando (y que Borja negó tras hablar con su abogada) es "valorable" y el Tribunal Superior de Justicia dice que "vale como prueba testifical".

Llamada larga con borja

El día de su desaparición, el 30 de octubre de 2009, y que la Policía sitúa como el de su muerte, Vanessa, ha contado la fiscal, tuvo una conversación con Borja de 24 minutos, cuando habitualmente, las llamadas entre ellos, son "de entre dos y tres minutos".

Esa llamada, ha dicho, fue el detonante de una discusión que Borja, ha defendido la fiscal, continuó en casa de Vanessa, y así le sitúa su móvil a través de la antena que utilizó para hacer dos llamadas.

"El último signo de vida de Vanessa" fue esta llamada, ha defendido después de señalar que, poco antes, consultó en Internet acerca de la custodia compartida para pedírsela a Borja. Algo que éste no admitía porque "la niña era una propiedad privada" para él.

Borja no llegó a su casa hasta las cuatro de la tarde, y así lo ha verificado el pintor. Algo ante lo que el acusado "ha mentido", diciendo que estaba en Nalda antes. Entre tanto, a las 14:23, el móvil de Vanessa manda un mensaje "inusual" en ella y mintiendo, diciendo que estaba de vacaciones, "cuando ella no es una mentirosa".

"Qué decimos: que el acusado va a casa" de Vanessa "a intentar disuadirla" de pedir la custodia, "discuten, la mata y la mete en bolsas de basura". Después, cuando se la está buscando, ha subrayado, "es el único que está diciendo que estaba de vacaciones, sabiendo que había vuelto, y defendía que era habitual en ella desaparecer".

En casa de Vanessa, ha añadido, "se había fregado la sangre" y, aunque estuviese mezclada con otros fluidos, "iban mezclados con sangre, porque si no el test de la bencidina no da positivo, y dio". Y a esto ha añadido que en las botas de Borja se encontró posible sangre de mujer.

En cuanto al suicidio, ha indicado que Vanessa "tenía planes de vida, quería ser oficial y reclamar la custodia". "Por fin estaba contenta, y hay un e-mail en el que lo dice; había retomado el control de su vida", ha señalado.

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