Mientras se espera la sustitución por un árbol nuevo, en un tiempo que no debe superar los 15 días según Parcs i Jardins, los operarios no talan a ras de suelo, sino que dejan una parte del tronco, a modo de señalización, para evitar posibles tropiezos.
Durante las campañas se tala un 5% de los 150.000 árboles de la ciudad, generalmente porque se detecta que están enfermos, explican en el Institut Municipal.
La extracción de los tocones, que antes se hacía a mano, la lleva a cabo ahora una brigada que sigue una ruta con una máquina perforadora, según explicaron fuentes del comité de Parcs i Jardins. Eso explicaría que se tarde más en reemplazarlos.
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