El presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) y alcalde de Dos Hermanas (Sevilla), el socialista Francisco Toscano, ha manifestado este lunes que no ve a la institución sin los alcaldes del PP-A, con lo que ha estimado que el PSOE-A debe trabajar, hasta el último momento, para que los populares rectifiquen su decisión de abandonarla.

En declaraciones a Canal Sur Televisión recogidas por Europa Press, Toscano se ha comprometido él mismo a trabajar para solventar la situación que se ha creado en la FAMP, cuya renovación lleva casi un año sin abordarse y el PP-A ha decidido abandonarla.

Francisco Toscano se ha mostrado convencido de que si hubiera menos interferencia desde las direcciones de los partidos y más relación directa entre los alcaldes, se hubiera superado ya esa ruptura que se ha producido en la FAMP. A su juicio, es inevitable que las direcciones de los partidos intervengan en este asunto, pero, sin duda, hacen "más difícil encontrar la solución".

Asimismo, ha querido dejar claro que, en la medida en que ninguna fuerza ha obtenido la mayoría absoluta, todas las posibilidades están abiertas, y ha apuntado que si bien el PP-A ganó elecciones, no obtuvo una mayoría absoluta que le permita presidir la FAMP. En cambio, ha aludido a un escenario en el que la suma de los votos de PSOE, IU y PA, fuerzas que tienen un proyecto en común, permitiría una mayoría absoluta.

Toscano también ha puesto de manifiesto que la baja de un ayuntamiento o diputación en la FAMP significa también la salida de la FEMP porque hay una "reciprocidad" entre ambas instituciones. Ha advertido al PP-A de que no cree que el camino sea darse de baja, sino que hay que profundizar en buscar una salida negociada.

De otro lado, Francisco Toscano ha insistido en la necesidad de un pacto de estado entre PSOE y PP para resolver la financiación local, que sigue siendo una asignatura pendiente. Ha opinado que el plan de pago a proveedores es "una solución positiva, pero de parche" porque el mismo se nutre de los fondos que el estado tiene que mandar a los municipios.

Ha expresado su preocupación por que desde el Gobierno central se vislumbra un modelo del municipalismo más centralista y menos cercano a los ciudadanos.