"Yo tengo un sueño: sueño que mis hijos vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel...". ¿Recuerdan el famoso discurso de Martin Luther King? ¿Su sueño sobre un mundo en el que todos los hombres pudieran vivir como hermanos, independientemente de su raza? Pues bien, ustedes los lectores de el mensual de 20 minutos también tienen sueños, pero los suyos están relacionados más bien con tener dinero, conocer a gente famosa, viajar... Mucho más prosaicos que el de Luther King, para qué nos vamos a engañar.

Aunque el dinero está en las oraciones de (casi) todos ustedes, hay que reconocer que nuestros lectores no aspiran a darse un baño de monedas en la piscina del Tío Gilito ni a desayunarse con Moët & Chandon. Más bien pretenden quitarse de encima la hipoteca y "tapar agujeros", como dicen los ganadores de la Lotería de Navidad cuando salen por la tele descorchando cava. "Deseo ganar 300.000 euros para poder pagar mis deudas, comprarle una casa a mi madre y vivir feliz con mi mujer e hijos", dice un arquetípico Edilson Sánchez. "Mi sueño: no deber ni un euro al banco", afirma @RubenAlvhx. Y en la misma línea se pronuncia @ketxula: "Ver a mis padres sin preocupaciones. Con su pensión pagan la hipoteca de mi hermano".

Quizá alguna de estas personas que se confiesan cortas de dinero podrían encontrar la solución a sus problemas en algún sector emergente. Y en el mensual de 20 minutos hemos detectado uno: las agencias de viajes especializadas en turismo de aventura. Porque si algo le encanta a nuestros lectores es viajar y vivir emociones fuertes. "Me gustaría viajar a Venecia y hacer parapente, puenting...", dice una envalentonada @laur010. "Montar en globo", apostilla @_laura_sanchez. "Ver un volcán en erupción en vivo y en directo", pide @qlasantateguie (excelente idea, @qlasantateguie: eso debe de ser algo sumamente entretenido, a juzgar por la expresión que se le quedó plasmada en la cara a los habitantes de Pompeya).

El viaje con el que sueña Fernando Vidal, otro cliente en potencia de la agencia de viajes que estoy empezando a pensar seriamente montar, no es para él, sino para su hijo: "Quisiera poder llevarlo a China, es un apasionado de esa raza", dice. Y también @Prozako tiene sus ojos puestos en Oriente: "Viajar a Tokio y conocer toda su cultura" (pues sí que caló hondo el llamamiento que el ministro Soria hizo en agosto cantando las excelencias del turismo de interior, ¿eh?).

Codearse con el famoseo también forma parte de los sueños de muchos lectores. Shakira, Messi: si estáis leyendo estas líneas, sabed que en vuestra mano está hacer muy felices a @jesus16071989 ("me gustaría conocer a Shakira, ya que soy superfan de ella") y a @Malen_2 ("siempre he querido conocer a Leo Messi en persona»). Otros aspiran a ser ellos mismos los famosos o a disfrutar, al menos, de los 15 minutos de fama que preconizó Andy Warhol: "Poder participar, aunque sea como simple extra, en alguno de mis musicales favoritos", pide @gorettiBoira.

Hay sueños conmovedores, como los de @Pinksucette ("reír con mi abuela") o @siilsh ("crear un orfanato para huérfanos"). Sueños redondos, como los de @vegetarianovata ("morir de vieja, con la cabeza funcionándome bien y en paz, sabiendo que los míos estarán bien"). Y también aspiraciones intangibles, como la de @cmg_16, a quien le gustaría "cualquier cosa que me permita morir con la sensación de que mi vida no fue en balde" (bueno, @cmg_16, ya has participado en este mensual: quizá haya llegado el momento de fijarte una nueva meta).

Pero unos sueños son más difíciles de cumplir que otros. Por ejemplo, yo no apostaría mi sombrero por @Espartano90, que quiere "ser el presidente de la Tercera República Española". Y también lo tiene complicadillo José Luis Martín Fuentes, de 57 años y que, según todos los indicios, ha visto demasiados capítulos de Doraemon, el gato cósmico: "Mi sueño es una máquina del tiempo y transportarme al pasado, a la época de Jesucristo, para ver qué pasó realmente». Pero la palma quizá se la lleve @danicmf1: "Tener un trabajo digno", dice el muy ansioso. En fin, por soñar, que no quede. Que los sueños, sueños son.