El Ayuntamiento de Huesca ha desalojado a las dos familias de etnia gitana que todavía residían en el asentamiento chabolista ilegal levantado hace seis años en un terreno de propiedad privada del polígono industrial de La Magantina.

Estas personas no tenían derechos adquiridos por lo que no ha habido realojo, a diferencia de las familias que vivían en el asentamiento de Las Mártires, que han sido realojadas en viviendas de alquiler municipales y cuyas chabolas han sido derribadas este jueves.

La alcaldesa de Huesca, Ana Alós, ha explicado que el proceso administrativo iniciado para proceder al desalojo de estas familias y la destrucción de las chabolas, que se ha llevado a cabo este viernes, ha sido distinto al de Las Mártires porque al ser el terreno propiedad privada y no municipal ha sido necesaria una orden judicial antes de proceder y ponerse en contacto con el propietario.

El proceso se inició hace aproximadamente un año debido a los problemas que generaba la situación. Hace seis meses había hasta 70 personas viviendo en este asentamiento. El consistorio ha enviado hasta cuatro notificaciones para avisar del desalojo y como respuesta muchas de las familias abandonaron voluntariamente estas infraviviendas.

Este viernes se han marchado las dos familias con 16 miembros que quedaban en la zona, recibieron el aviso el lunes y el desalojo se ha producido con normalidad, al igual que el derribo de las chabolas.

Alós ha explicado a los medios de comunicación que "el desalojo se ha producido con absoluta normalidad, han desalojado de forma voluntaria y a continuación se ha procedido al derribo de estas chabolas para dejar en estado de salubridad y seguridad ese solar que está muy cerca del polígono".

Situación difícil

La situación de las familias de la Magantina es difícil, ya que se trata de una situación ilegal y no tienen derecho a un alquiler social. La alcaldesa ha apuntado que "las últimas familias que quedaban en este asentamiento, durante años han recibido muchas ayudas sociales y en algún caso ayudas para la adquisición de vivienda y tras adquirir la vivienda la vendieron".

"Cuando se dan ayudas sociales a estas familias se les exige seguir un itinerario de inserción, así como escolarizar a los menores a partir de los seis años y uno de los menores que vivía en este asentamiento que tiene seis años no está escolarizado", ha señalado.

Desde la dirección de la Magantina y Federación de Polígonos habían reivindicado de forma intensa que el consistorio actuase en esta zona.

La alcaldesa Ana Alós y la concejala de Bienestar Social del Ayuntamiento de Huesca, Marta Escartín, han apuntado que en la ciudad ya no quedan asentamientos chabolistas como tal, pero han subrayado la necesidad de eliminar el poblado de Jara donde hasta 80 personas de etnia gitana viven de manera irregular.

El equipo multidisciplinar de la Fundación Secretariado Gitano, que trabaja en el proceso de integración de las familias de las Mártires, también está trabajando en el complejo caso del poblado de Jara.