Simon Peters es un treintañero alemán, afincado en Colonia, "respondón e irreverente" que lleva dos años en paro y cobra un subsidio de 345 euros al mes. Tal vez por aburrimiento, o por desesperación, ha hecho de la queja  absurda un arte y su principal actividad.

Lo mismo se inventa que el papel higiénico está mal enrollado y llama al departamento de atención al cliente de la marca para indignarse, que argumenta que los botes de patatas son demasiado pequeños y jura que una vez se le quedó la mano atrapada en uno mientras comía.

Su incansable talento para quejarse por todo es la constante en la historia de El millonario, una novela escrita en 2007 por el guionista de la televisión germana Tommy Jaud que dos millones de alemanes han convertido en bestseller.

Ahora llega a España, editada por Bruguera, con la pretensión de hacernos reír a través de la crítica social, y dejando entrever que Alemania no es el ejemplo de sociedad perfecta que acostumbramos a pensar los mediterráneos.

"Simon está enfadado con el mundo, porque el mundo está formado por idiotas, gente equivocada y sin razón y esa es su frustración ", se apresura a explicar el autor, quien asegura que el origen de la historia de Simon es "ahorrase un dineral en psicólodo". También le frustra "que la gente viva mejor que él, sus amigos, sus vecinos...lleva mucho tiempo sin trabajar y eso le quema, por eso se queja por todo".

El millonario es la continuación del primer libro de Jaud, Vollidiot —que se adaptó al cine—en el que el autor se enamoró del personaje de Simon y por eso quiso continuar su historia en 2007.

"Este personaje es un guerrillero, un revolucionario social que quiere hacer mejor el mundo a través de su lucha y de las pequeñas quejas diarias", explica el autor tras confesar que Simon le refleja en parte a sí mismo: "yo soy él entre un 20% y un 80% del tiempo", chapurrea en español durante su fugaz visita a Madrid para presentar la obra.

A través de sus incansables quejas vía mail y teléfono Simon descubre que tiene un talento innato para la reclamación, algo que cambiará su vida radicalmente. "A mí no me gusta quejarme, pero a veces tienes que quejarte para conseguir lo que quieres, aunque sólo si tiene sentido, pero algunos son especialistas en quejarse, como Simon".

En la lectura de El Millonario, ágil y divertida, no hay crítica política, sino social, y en ella descubrimos frustraciones diarias en las que muchos se verán reflejados. "Simon se siente aislado por sus amigos, que no comprenden que un parado no puede comprar ni consumir tanto, eso pasa en Alemania y en cualquier parte es verdad, pero decir que no se  tiene dinero es un tabú en Alemania", continúa Jaud.

En clave de humor, el autor narra las peripecias de este parado germano que "se siente vencido y marginado"  —con el que cualquier europeo podría sentirse identificado—, desmontando el mito de que esfuerzo y horas siempre dan resultados positivos: "sólo por trabajar más no se tiene más éxito, ese es un enfoque americano", asegura Jaud.

Simon es el claro ejemplo de que la gente no gana dinero echando horas sino a través de las grandes ideas, "en Alemania, a veces, se venden el trabajo y el esfuerzo como las grandes bazas del crecimiento económico y no siempre funciona", explica Jaud.

"A mí me fascina la gente que gana dinero con ideas, sin explotar a los demás, eso es muy importante. Simon es la prueba de que un memo redomado también puede hacerse millonario", admite su creador riendo.

A El millonario le sigue una tercera novela que sale este año en Alemania, escrita en 2011, pero que aún tardará en llegar a las manos de los lectores españoles. En ella el autor narra como después de hacerse millonario, Simon pierde su dinero y su escasa vida social invirtiendo en productos tóxicos, aunque siempre en clave de humor.

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